Luego de tomar medidas de cráneos encontrados en Europa, Oriente y Asia, los científicos han concluido que el cerebro humano ha perdido el tamaño de una pelota de tenis en los últimos 30.000 años.
Esta evolución desconcierta a los investigadores de la Universidad de Missouri. ¿Estamos volviéndonos más tontos o, al contrario, nuestro cerebro se transforma para ser más ágil y eficiente?.
El estudio también afirma que el tamaño del cerebro de los humanos modernos -Homo sapiens- se ha reducido un 10% y ha pasado de 1.500 a 1.359 centímetros cúbicos. Las mujeres, cuyo cerebro es algo más pequeño que el masculino, han experimentado una evolución equivalente.
«A medida que las sociedades complejas surgieron, el cerebro se hizo más pequeño porque la gente no tiene que ser tan inteligente para seguir con vida», explicó David Geary, psicólogo de la Universidad de Missouri.
Sin embargo, algunos antropólogos señalan que esta reducción no es tan sorprendente, ya que cuanto más grandes y fuertes somos, más materia gris necesitamos para controlar toda esa masa. El hombre de Neandertal, un pariente del hombre moderno, era más corpulento y tenía un cerebro más grande.
Para Brian Hare, profesor asistente de antropología de la Universidad de de Duke, la reducción del cerebro no significa que los seres humanos modernos sean más tontos que sus antepasados, sino que se desarrollaron de distinta manera, con formas más sofisticadas de inteligencia, y agregó que el mismo fenómeno se observa en animales domésticos.
Esta evolución desconcierta a los investigadores de la Universidad de Missouri. ¿Estamos volviéndonos más tontos o, al contrario, nuestro cerebro se transforma para ser más ágil y eficiente?.
El estudio también afirma que el tamaño del cerebro de los humanos modernos -Homo sapiens- se ha reducido un 10% y ha pasado de 1.500 a 1.359 centímetros cúbicos. Las mujeres, cuyo cerebro es algo más pequeño que el masculino, han experimentado una evolución equivalente.
«A medida que las sociedades complejas surgieron, el cerebro se hizo más pequeño porque la gente no tiene que ser tan inteligente para seguir con vida», explicó David Geary, psicólogo de la Universidad de Missouri.
Sin embargo, algunos antropólogos señalan que esta reducción no es tan sorprendente, ya que cuanto más grandes y fuertes somos, más materia gris necesitamos para controlar toda esa masa. El hombre de Neandertal, un pariente del hombre moderno, era más corpulento y tenía un cerebro más grande.
Para Brian Hare, profesor asistente de antropología de la Universidad de de Duke, la reducción del cerebro no significa que los seres humanos modernos sean más tontos que sus antepasados, sino que se desarrollaron de distinta manera, con formas más sofisticadas de inteligencia, y agregó que el mismo fenómeno se observa en animales domésticos.
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