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sábado, 28 de mayo de 2011

SALUD

En Australia hay cada vez más gordos y se come peor

Más del 60 por ciento de la población adulta tiene problemas de sobrepeso en Australia, que gasta millonarias cantidades de dinero en comida basura y padece uno de los índices de obesidad más altos del mundo.



Cuerpos esculturales como el del campeón mundial y olímpico de natación Ian Thorpe o figuras estilizadas como la de la espigada actriz y estrella de Hollywood Nicole Kidman contrastan con los voluminosas panzas del 24 por ciento de mayores de 18 años obesos.


Según los datos revelados hoy por la Oficina de Estadísticas, la población de adultos obesos en Australia ha aumentado un 5 por ciento entre 1995 y 2008 -último año de referencia- hasta unos cuatro millones de personas, cifra solo superada por México, Nueva Zelanda, el Reino Unido y por supuesto Estados Unidos.


Además, otros estudios revelan que el 37 por ciento de los australianos padece sobrepeso, la misma cantidad que aquellos que mantienen una masa corporal normal.


La falta de dinero, educación y ejercicio físico son factores cruciales para entender la obesidad en Australia, un país donde las comidas tradicionales están elaboradas a base de carne, salchichas y verdura cocida, o pescados y marisco acompañado de patatas fritas.


De acuerdo al último recuento disponible, el 33 por ciento de los adultos obesos vive en áreas empobrecidas o rurales, casi el doble que la proporción que reside en zonas con más recursos o urbanas.


También el 31 por ciento de los australianos que no terminaron sus estudios secundarios son más propensos a la obesidad, según las autoridades.


Pobreza, ignorancia o estilo de vida, lo cierto es que se calcula que los australianos se gastarán este año unos 37.000 millones de dólares locales (27.750 millones de euros) en comida rápida, 4.000 millones de dólares ó 3.000 millones de euros más que en 2008.


Con este desembolso, equivalente a la ingesta anual de 343 hamburguesas por habitante, Australia es la undécima nación del planeta más aficionado a estos alimentos perjudiciales para la salud, sostienen datos de la consultora Euromonitor divulgados hoy por el diario "Herald Sun".


Actualmente en Australia y Nueva Zelanda -el país vecino que también tiene graves problemas con la obesidad- hay 1.250 restaurantes Subway, 845 pizzerías Domino, 780 McDonald's, 300 Hungry Jack's y 600 KFC.


Jane Martin, una experta en políticas contra la obesidad, señaló que el precio de los alimentos frescos es mayor que el de los procesados, y permiten dar de comer a una familia de cuatro personas por apenas veinte dólares.


En ciudades como Sídney, la mayor de Australia, abundan los mercados con productos frescos y orgánicos de primera calidad, pero caros que muy pocos se lo pueden permitir.


Los habitantes de los centros urbanos también están motivados a comer mejor por el "Master Chef", un nuevo programa televisivo en el que los aspirantes a cocineros sorprenden a la audiencia con platos originales.


Pero la cocina cosmopolita no ha llegado al interior: en las pequeñas localidades los supermercados tienen productos básicos y las opciones culinarias se reducen a cadenas de comida rápida, el pub local o algún restaurante indio o asiático.


Y peor aún es la situación en comunidades aborígenes o zonas remotas, donde los alimentos se limitan a algunos productos frescos y mayor variedad de comida enlatada o congelada.


La tendencia a engordar y a la obesidad le costó en 2008 a los australianos 58.200 millones de dólares (43.650 millones de euros) por el gasto sanitario, el pago a los cuidadores y las muertes prematuras.


A principios de año, la Fundación Nacional de Salud de Australia alertó de que los niños del país vivirán menos que la generación de sus padres si persisten en los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio.

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