(Reuters) - El primer ministro Silvio Berlusconi instó el lunes a todas las regiones de Italia a ayudar a solucionar la crisis de la basura en Nápoles, calificándola de emergencia nacional, pero algunas regiones norteñas continuaron reacias a cooperar.
El Gobierno aprobó un decreto la semana pasada para permitir que montones de basura que se han acumulado en las calles de la tercera ciudad más grande de Italia sean desechados en otras regiones.
Pero la Liga Norte, los aliados de la coalición de Berlusconi, que regularmente arremeten contra la corrupción y la desorganización en el más pobre sur, siguen oponiéndose al plan.
“La situación actual se ha convertido en un verdadero llamado nacional de emergencia a la colaboración y solidaridad por sobre el nivel regional para aliviar el sufrimiento de los ciudadanos de Nápoles”, dijo Berlusconi en un comunicado.
La crisis, que contribuyó a la caída del antecesor de centroizquierda de Berlusconi, es el resultado de años de fallas políticas, corrupción y la influencia de la mafia local que controla a los organismos que sacan la basura.
El conflicto ha durado años, montañas de fétida basura se acumulan nuevamente bajo las altas temperaturas del verano boreal y los vertederos se están desbordando.
Los enojados habitantes incendiaron montones de basura y bloquearon caminos con bolsas de desperdicios en las últimas semanas, y el recientemente elegido alcalde de Nápoles, Luigi de Magistris, advirtió de inminentes riesgos de salud por la basura quemada.
El presidente italiano Giorgio Napolitano dijo que está alarmado por la crisis y pidió acciones rápidas.
Un grupo de 14 regiones italianas dijeron el lunes en un comunicado que estaban listas para ayudar pero instaron al Gobierno a acelerar el proceso de abrir más vertederos en el área de Nápoles.
El gobernador de Piedmont, el miembro de la Liga Norte Roberto Cota, dijo que su región en el noroeste de Italia no estaba preparada para cooperar.
Berlusconi, quien a menudo cita el limpiar las calles de Nápoles rápidamente tras volver al poder en 2008 como uno de sus mayores éxitos, culpa a políticos locales del problema, pero muchos que protestan lo ven como responsabilidad del Gobierno.