La decisión del Gobierno brasileño de aumentar el impuesto sobre el tabaco puede reducir el número de fumadores en Brasil, que actualmente equivale al 15 por ciento de la población adulta, afirmó este jueves el ministro de Salud, Alexandre Padilha.
"Lo que queremos es que cada vez menos brasileños compren cigarrillo y fumen. No se trata de una medida para aumentar la recaudación de impuestos", afirmó Padilha en una entrevista a emisoras estatales de radio.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sancionó el pasado lunes un decreto que aumenta progresivamente los impuestos sobre el tabaco y que podrá incrementar el precio de las cajetillas de cigarrillos en un 20 por ciento a partir de diciembre próximo, en un 12 por ciento en 2013, en un 13 por ciento en 2014 y en un 10 por ciento en 2015.
La administración federal de impuestos calcula que la medida elevará la recaudación de los impuestos sobre el tabaco de los actuales 3.700 millones de reales (unos 2.312,5 millones de dólares) al año hasta unos 7.700 millones de reales (4.812,5 millones de dólares) en 2015.
El Gobierno también fijó un precio mínimo para la venta de la cajetilla de cigarrillos, que será de tres reales (unos 1,9 dólares) entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012, y que también aumentará gradualmente, hasta 4,5 reales (2,8 dólares) en 2015.
Padilha admitió que el decreto lógicamente aumentará la recaudación de impuestos, pero negó que ese sea el objetivo de la medida.
Agregó que el Gobierno aún no definió si la recaudación extra será destinada a los programas del Ministerio de Salud o a otros proyectos gubernamentales.
Según el ministro, su cartera defiende que parte de esos recursos sean utilizados para financiar campañas de combate al tabaco.
"Lo fundamental es que esos recursos sean aplicados en redes de salud, no sólo en unidades de tratamiento, sino en campañas de prevención y promoción. Queremos que las personas paren de fumar y hay que atacar el problema por la raíz", aseguró.
Según el ministro, el alza del impuesto vuelve a poner a Brasil como un país pionero en medidas para combatir el tabaco.
Algunas de las campañas brasileñas, como la que prohíbe la publicidad del cigarrillo y la que obliga a los fabricantes a incluir en las cajetillas imágenes de impacto sobre los daños provocados por el tabaco, han sido adoptadas por otros países.
"Cerca del 35 por ciento de la población adulta de Brasil fumaba a comienzos de la década de los noventa y conseguimos reducir ese porcentaje a cerca del 15 por ciento", afirmó.
-EFE
"Lo que queremos es que cada vez menos brasileños compren cigarrillo y fumen. No se trata de una medida para aumentar la recaudación de impuestos", afirmó Padilha en una entrevista a emisoras estatales de radio.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sancionó el pasado lunes un decreto que aumenta progresivamente los impuestos sobre el tabaco y que podrá incrementar el precio de las cajetillas de cigarrillos en un 20 por ciento a partir de diciembre próximo, en un 12 por ciento en 2013, en un 13 por ciento en 2014 y en un 10 por ciento en 2015.
La administración federal de impuestos calcula que la medida elevará la recaudación de los impuestos sobre el tabaco de los actuales 3.700 millones de reales (unos 2.312,5 millones de dólares) al año hasta unos 7.700 millones de reales (4.812,5 millones de dólares) en 2015.
El Gobierno también fijó un precio mínimo para la venta de la cajetilla de cigarrillos, que será de tres reales (unos 1,9 dólares) entre diciembre de 2011 y diciembre de 2012, y que también aumentará gradualmente, hasta 4,5 reales (2,8 dólares) en 2015.
Padilha admitió que el decreto lógicamente aumentará la recaudación de impuestos, pero negó que ese sea el objetivo de la medida.
Agregó que el Gobierno aún no definió si la recaudación extra será destinada a los programas del Ministerio de Salud o a otros proyectos gubernamentales.
Según el ministro, su cartera defiende que parte de esos recursos sean utilizados para financiar campañas de combate al tabaco.
"Lo fundamental es que esos recursos sean aplicados en redes de salud, no sólo en unidades de tratamiento, sino en campañas de prevención y promoción. Queremos que las personas paren de fumar y hay que atacar el problema por la raíz", aseguró.
Según el ministro, el alza del impuesto vuelve a poner a Brasil como un país pionero en medidas para combatir el tabaco.
Algunas de las campañas brasileñas, como la que prohíbe la publicidad del cigarrillo y la que obliga a los fabricantes a incluir en las cajetillas imágenes de impacto sobre los daños provocados por el tabaco, han sido adoptadas por otros países.
"Cerca del 35 por ciento de la población adulta de Brasil fumaba a comienzos de la década de los noventa y conseguimos reducir ese porcentaje a cerca del 15 por ciento", afirmó.
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