Pocos días después de que Brasil anunciara que construirá su primer submarino a propulsión nuclear, el gobierno de Argentina confirmó que el país también planea desarrollar su propio submarino atómico.
Así, los vecinos se unirían al selecto grupo de países que poseen una de las tecnologías militares más avanzadas del mundo: Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, India y China.
Aunque ambos repiten que sus planes no tienen fines agresivos, los anuncios despertaron especulaciones de que se trate del comienzo de una carrera armamentista en Sudamérica.
Vale aclarar que el submarino nuclear lo es por su sistema de propulsión y no porque lleve misiles atómicos.
El ministro de Defensa argentino, Arturo Puricelli, señaló que a diferencia del proyecto brasileño, que utiliza tecnología francesa, el plan de Argentina es desarrollar su propia propulsión nuclear. El país planea equipar al submarino ARA Santa Fe -cuya construcción está prevista para 2015- con un reactor nuclear.
Argentina "tiene la capacidad para desarrollar propulsión nuclear para impulsar submarinos", aseguró.
Las palabras del ministro causaron preocupación en algunos sectores. El diario británico The Telegraph advirtió el miércoles que "el anuncio se produce en momentos de tensión creciente por la soberanía de las islas Falklands (Malvinas), que las fuerzas británicas recuperaron en una guerra de 10 semanas en 1982, tras una invasión argentina".
¿Qué buscan?
La presidenta Cristina Fernández, que exige que Reino Unido reabra las negociaciones sobre la soberanía de las islas Falklands o Malvinas, afirmó en reiteradas ocasiones que su país ha renunciado al uso de la fuerza como medio para obtener ese fin.
Mientras que durante la inauguración de las operaciones para construir el submarino de tipo Scorpène, que estará listo en 2023, su colega brasileña Dilma Rousseff ratificó que su país promueve la "paz y el diálogo".
No obstante, la jefa de Estado reiteró la importancia que tendrá el nuevo submarino para "garantizar la soberanía" del país, en particular a través de la protección de los enormes yacimientos petrolíferos hallados en los últimos años en las costas brasileñas, conocidos como pre-sal.
Según explicó el ministro de Defensa brasileño Nelson Jobim el año pasado durante su visita a Buenos Aires, el proyecto tiene que ver con el rol del país en el mundo, la necesidad estratégica de dar seguridad al litoral marítimo en función de los recientes hallazgos de petróleo y a la conveniencia de potenciar el desarrollo científico y tecnológico.
La política brasileña como actor global contempla una dimensión estratégica como la de China, Rusia e India, los otros tres países del llamado grupo BRIC, según le explicó a BBC Mundo el especialista en asuntos militares Rosendo Fraga. "Es en este marco que se inscribe su propósito de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad por América Latina y en el que el submarino nuclear tiene un significado importante", remarcó.
Por su parte Oscar Fernández, director del Comité de Asuntos Nucleares del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), descartó que los planes de este país y de Brasil supongan el comienzo de una carrera nuclear en América del Sur.
El experto agregó que ningún otro país de la región cuenta con el desarrollo atómico necesario para crear submarinos nucleares.
La estrategia de defensa del país, sin embargo, "debe cambiar la percepción" de Brasil entre sus vecinos, de acuerdo con el experto en seguridad internacional Roberto Durán, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Brecha brasileña
"Con el proyecto se profundiza la brecha entre Brasil y otros países, no sólo en términos económicos sino también de seguridad", le dijo el analista a la BBC.
Pero esto no debe suponer una amenaza: para Antonio Jorge Ramalho da Rocha, de la UnB (Universidad de Brasilia), "no hay una desconfianza de los vecinos de una política de expansión en Brasil, ya que los límites están bien definidos".
El analista argentino de políticas de seguridad y defensa nacional Luis Alberto Somoza cree que el anuncio brasileño sigue la lógica de desarrollo que el país atraviesa desde hace años.
"La construcción del submarino nuclear es coherente con la política de defensa de Brasil, que no ha sufrido rupturas durante los gobiernos de izquierda de Lula y Rousseff", señala.
Según el profesor, el proyecto fortalece el creciente liderazgo de Brasil en la región. Y el cambio no es sólo económico sino también político, ya que Brasil puede "convertirse en mediador entre los países de América del Sur frente al mundo. Y eso puede no agradar a algunos países", agrega.
¿Posible?
Argentina ha sido desde los años ’70 un precursor en materia nuclear, y la construcción de un submarino propulsado por esta forma de energía es un avance lógico para el país, señaló el experto del CARI.
Sin embargo, son varias las voces que cuestionan el proyecto argentino. "Es cierto que Argentina cuenta con la tecnología para, potencialmente, lograr un desarrollo así, pero no tiene la capacidad económica ni política de hacerlo", según le dijo Somoza a BBC Mundo.
El profesor explicó que durante las últimas dos décadas los sucesivos gobiernos argentinos implementaron una política de reducción drástica del aparato militar, y por lo tanto el anuncio de un plan de crear un submarino nuclear resulta contradictorio con esa estrategia.
"La construcción del submarino ARA Santa Fe estuvo paralizada por veinte años", remarcó, como ejemplo de lo sorpresivo del anuncio.
"Yo creo que esto es simplemente un anuncio grandilocuente, como lo fue la creación del tren bala", agregó, en referencia al postergado proyecto, anunciado en 2006 por el entonces presidente Néstor Kirchner, para crear un tren de alta velocidad.
Lo peor que podría suceder, explica Fraga, es que un anuncio de esta envergadura después se diluya, "por la simple razón de que el país habría aparecido ante el mundo sin la consistencia necesaria en una materia muy sensible y trascendente".
La empresa argentina de energía atómica Invap, que sería responsable de desarrollar el reactor nuclear para el submarino argentino, se negó a dar detalles del proyecto a BBC Mundo.
BBC