(AFP) - La imagen impactante del expresidente egipcio Hosni Mubarak acostado en una camilla tras las rejas en el banquillo de los acusados cautivó al mundo árabe, donde muchos saludan al proceso como “una gran lección” para “quienes se atornillan en sus cargos”.
La foto del antiguo hombre fuerte de Egipto, postrado en una camilla tras las rejas, dio la vuelta al mundo y afectó a los espíritus en una región donde los dirigentes son por lo regular todopoderosos y pocas veces se ven obligados a rendir cuentas.
En la televisión o en las redes sociales como Facebook y Twitter, muchos árabes, desde Marruecos a Jordania, siguieron el proceso en directo, estupefactos y admirativos.
“Este día se transformó en algo que parece un sueño, pues nadie imaginaba que un autócrata pudiera terminar tras de las rejas”, afirmó el diario palestino Al Quds.
“Cada árabe espera que este proceso histórico será una lección para quienes se apegan a sus cargos, para que escuchen las reivindicaciones de sus pueblos que piden libertad, democracia y justicia social”, añadió.
Mubarak es el primer dirigente de Medio Oriente juzgado en persona desde el inicio de la “primavera árabe”, que se transformó en represión sangrienta y en guerra, en Siria y Libia.
En Damasco, la prensa gubernamental no dijo nada sobre el proceso, excepto el órgano del partido en el poder Al Baath, que se limitó a mencionar su aplazamiento para el 15 de agosto.
El presidente tunecino derrocado Zine El Abidine Ben Alí, expulsado del poder el 14 de enero por una revuelta popular, está siendo actualmente procesado, pero en ausencia. El exdirigente iraquí Sadam Husein también fue juzgado, pero después de una invasión extranjera.
“Nosotros no viviremos probablemente” el proceso de Ben Alí y “Túnez no ha suspendido sus relaciones con Arabia Saudita”, donde se refugió, lamentó en Twitter la militante tunecina Amira Yayaui.
No hubo ninguna reacción oficial en Arabia Saudita, antes cercana aliada de Mubarak y que es sospechosa para muchos egipcios de haber presionado para evitarle esta “humillación”.
Pero la prensa local, que expresa generalmente un punto de vista cercano al de las autoridades, saludó un proceso “civilizado”.
La enfermedad (de Mubarak) no impide a un acusado rendir cuentas y su larga contribución a la acción nacional no puede colocarlo en la impunidad”, añadió.
“Es un proceso civilizado en el que fueron respetados los derechos del procurador y de la defensa”, indicó el diario Al Riyadh, que rinde homenaje al tribunal por haber mostrado “independencia e imparcialidad”.
“El proceso histórico de Mubarak es la prueba de que el pueblo de Egipto venció a la dictadura”, indicó con entusiasmo el diario independiente jordano Al Arab Al Yawm, mientras que su compatriota Al Ghad juzgó que ese espectáculo “dará a las revueltas árabes un impulso para superar los obstáculos”.
“Este proceso es una victoria de la voluntad de los pueblos de la región a favor del proceso de democratización”, comentó por su lado el diario marroquí Al Tajdid, para el que el proceso envía un mensaje particular a Marruecos donde “la corrupción perdura, pese a las promesas de ponerle fin”.
El redactor en jefe del diario palestino Al Hayat al Jadida, Hafez al Barguti, modera ese entusiasmo.
“Es muy bueno que el pueblo haya sido capaz de derrocar y juzgar a cualquier régimen, pero eso debería haberse hecho sin sentimientos de venganza”, que “vacían a la revolución de su contenido”, dijo tras manifestar su asombro porque “el anciano ex presidente sigue vivo pese a todo lo que ha tenido que encajar en los últimos meses”.