Muchas veces cuando una mujer se enamora pierde la noción de sí misma, pues puede llegar a volverse ciega, sorda y muda mientras solo se deja llevar por ese gran amor que profesa tener por su “príncipe azul”, a pesar de que a este le sea indiferente.
Las mujeres que aman demasiado son indiferentes a los problemas que se puedan presentar en la relación, les interesa muy poco o nada que el “hombre de su vida” sea irresponsable, desaliñado, sin una perspectiva y sin objetivos claros en la vida, pues creen ciegamente que con su “amor” pueden llegar a cambiar a su pareja.
“Un hombre despreocupado e irresponsable es encantador como amigo, pero es una mala perspectiva para una relación satisfactoria. No obstante, hasta que usted pueda darse permiso para ser más despreocupada, lo necesitará para crear la diversión y la excitación de su vida” cita el libro "Mujeres que aman demasiado" de la terapeuta Robin Norwood.
Los hombres problemáticos, inaccesibles, indiferentes, que ofrecen relaciones sentimentales inestables y sin compromisos de por medio, son ideales para este tipo de mujeres que aman sin límites, pues despiertan en ellas una gran atracción y deseo.
Según indica la terapeuta en su libro, la fijación que tienen las chicas en este tipo de hombres equivocados es porque la relación problemática representa una parte vital en sus vidas y viven aferradas a ello.
Para las mujeres que aman demasiado el sufrimiento no es inconveniente de la relación amorosa sino algo común con lo cual deben convivir pues les resulta tan normal y familiar que creen que es un sentimiento más.
Pero ¿por qué les resulta familiar el sufrimiento para estas chicas? La manera de amar de las mujeres es mucho más intensa a diferencia de los hombres, pues expresan y comprometen sus sentimientos a un alto nivel. Sin embargo, las mujeres que aman en demasía, comprometen sus sentimientos, más que por amor, por un problema de arrastran desde la infancia.
Las relaciones infelices en el que solo abundan el dolor y el sufrimiento son el ambiente ideal para desarrollar sus deseos inalcanzables de amor, al igual que en su niñez con la ausencia o indiferencia de alguno de los padres.
El hecho de haber vivido con padres que expandían violencia física y psicológica lastimando y disminuyendo la autoestima a quién esté a su alrededor, representa la raíz de la dependencia al sufrimiento de las mujeres que aman sin límites.
Las mujeres que aman demasiado son indiferentes a los problemas que se puedan presentar en la relación, les interesa muy poco o nada que el “hombre de su vida” sea irresponsable, desaliñado, sin una perspectiva y sin objetivos claros en la vida, pues creen ciegamente que con su “amor” pueden llegar a cambiar a su pareja.
“Un hombre despreocupado e irresponsable es encantador como amigo, pero es una mala perspectiva para una relación satisfactoria. No obstante, hasta que usted pueda darse permiso para ser más despreocupada, lo necesitará para crear la diversión y la excitación de su vida” cita el libro "Mujeres que aman demasiado" de la terapeuta Robin Norwood.
Los hombres problemáticos, inaccesibles, indiferentes, que ofrecen relaciones sentimentales inestables y sin compromisos de por medio, son ideales para este tipo de mujeres que aman sin límites, pues despiertan en ellas una gran atracción y deseo.
Según indica la terapeuta en su libro, la fijación que tienen las chicas en este tipo de hombres equivocados es porque la relación problemática representa una parte vital en sus vidas y viven aferradas a ello.
Para las mujeres que aman demasiado el sufrimiento no es inconveniente de la relación amorosa sino algo común con lo cual deben convivir pues les resulta tan normal y familiar que creen que es un sentimiento más.
Pero ¿por qué les resulta familiar el sufrimiento para estas chicas? La manera de amar de las mujeres es mucho más intensa a diferencia de los hombres, pues expresan y comprometen sus sentimientos a un alto nivel. Sin embargo, las mujeres que aman en demasía, comprometen sus sentimientos, más que por amor, por un problema de arrastran desde la infancia.
Las relaciones infelices en el que solo abundan el dolor y el sufrimiento son el ambiente ideal para desarrollar sus deseos inalcanzables de amor, al igual que en su niñez con la ausencia o indiferencia de alguno de los padres.
El hecho de haber vivido con padres que expandían violencia física y psicológica lastimando y disminuyendo la autoestima a quién esté a su alrededor, representa la raíz de la dependencia al sufrimiento de las mujeres que aman sin límites.