(EFE).- Bahréin acusó hoy a Irán de financiar y adiestrar a una célula terrorista detenida recientemente que planeaba ataques contra personalidades e instalaciones de este reino, así como contra la Embajada saudí en Manama.
En un comunicado, la Fiscalía anunció que las investigaciones llevadas a cabo por el momento revelan la coordinación de los presuntos terroristas con fuerzas militares iraníes como las “Basij” y la Guardia Revolucionaria.
Ayer, el Ministerio del Interior bahreiní anunció la detención de cinco personas, cuatro de las cuales fueron arrestadas por las fuerzas de seguridad de Catar mientras se dirigían presumiblemente a Irán tras haber salido de Bahréin de forma ilegal.
Según el Ministerio Público, Teherán financió y entrenó a la célula en el uso de armas de fuego y explosivos ya que, argumentan las autoridades, algunos de sus miembros viajaron a Irán para recibir entrenamiento militar y regresaron con grandes cantidades de dinero para ejecutar sus planes en Bahréin.
La Fiscalía ordenó sesenta días de prisión preventiva para los detenidos, acusados de querer atentar contra el Ministerio del Interior, el puente que une Baréin con Arabia Saudí y la Embajada saudí en Manama, lo que recuerda al supuesto complot iraní contra la legación diplomática saudí en Washington del pasado mes de octubre.
El desmantelamiento de esta supuesta célula se produce después de que decenas de opositores, la mayoría chiíes, hayan sido detenidos en los últimos meses acusados de querer derrocar al régimen bahreiní.
El partido chií Al Wefaq, el principal de la oposición, criticó hoy en un comunicado a las autoridades por dar informaciones “exageradas” sobre redes terroristas que “no tienen nada que ver con lo que está sucediendo en las calles del país”, donde -apuntó- el pueblo pide el paso a una monarquía constitucional en la que se respete la democracia y la alternancia en el poder.
Las protestas populares estallaron el pasado mes de febrero en Baréin y han puesto de manifiesto la fractura confesional en el país, que tiene un 70 por ciento de población chií y está gobernado por una monarquía suní.