La Iglesia católica chilena alzó su voz para pedirles a las
autoridades gubernamentales que mejoren las condiciones de los reos en las
cárceles, donde en la mayoría de ellas los internos viven
hacinados.
La petición se hace a pocas horas de cumplirse un año del
motín y el posterior incendio ocurrido en la madrugada del 8 de diciembre de
2010 en la cárcel de San Miguel, donde murieron 81 reos y 14 quedaron gravemente
heridos.
En una misa presidida por el arzobispo de Santiago, Ricardo
Ezzati, y donde estuvieron la mayoría de los familiares de las víctimas, el
prelado recordó que la infraestructura no satisface los requerimientos
de la población penitenciaria que hay en Chile.
"El
hacinamiento en las cárceles y las condiciones de los presos siempre ha sido una
preocupación de la Iglesia", señaló Ezzati, quien tras la tragedia
solicitó el indulto como solución al hacinamiento aunque no fue
escuchado.
En tanto, el ministro chileno de Justicia, Teodoro Ribera,
recorrió este miércoles en compañía del director nacional de Gendarmería
(guardia de prisiones), Luis Masferrer, la cárcel de San Miguel, penal que ahora
alberga a mujeres.
Allí, ambos resaltaron los avances que se han
hecho en el penal en materia de infraestructura y calidad de vida de las
internas.
EFE