El primer ministro ruso, Vladímir Putin, acusó a la secretaria de Estado
norteamericana, Hillary Clinton, de instigar a algunos opositores rusos a las
protestas por los resultados de las elecciones parlamentarias del
domingo.
La secretaria de Estado dijo el pasado martes, en alusión a los
comicios rusos, que "las elecciones que no son ni libres ni justas" menoscaban
la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.
Clinton "marcó la
pauta, dio la señal a algunos de nuestros personajes en el país. Ellos oyeron la
señal y, apoyados por el Departamento de Estado de Estados Unidos, empezaron a
trabajar activamente", apuntó Putin en una reunión con los miembros del Frente
Popular de Rusia.
"Vi la primera reacción de nuestros socios americanos.
Lo primero que hizo la secretaria de Estado fue decir que (las elecciones) no
habían sido limpias ni justas, y eso que todavía no tenía en su poder el informe
de los observadores de la ODIHR (Oficina para las Instituciones Democráticas y
los Derechos Humanos)", indicó.
Putin subrayó que "aquellos que (en los
actos de protesta callejera) actúan en el marco de la ley deben tener la
posibilidad de ejercer su derecho", pero "las fuerzas del orden público también
deben cumplir sus funciones".
El jefe del Gobierno ruso dijo que le
parece "normal" el envío de dinero desde el extranjero para apoyar proyectos
humanitarios, pero "nos debe dar que pensar cuando el dinero que se invierte
desde el exterior es para la actividad política interior del país".
"Es
del todo inadmisible la inversión de dinero extranjero en procesos electorales",
sentenció.
Según Putin, Rusia "es y seguirá siendo una gran potencia
nuclear, lo cual provoca ciertos temores de nuestros socios".
El líder
del oficialismo ruso cree que tratan de desestabilizar a Rusia "para que no nos
olvidemos quiénes son los dueños del planeta y quiénes tienen en sus manos las
palancas de influencia".
EFE