El miedo a los depredadores puede ser un
factor para estudiar los modelos de evolución y la dinámica reproductiva de las
poblaciones animales, según un estudio publicado hoy, que probó que el miedo
provocó un descenso en las crías de gorriones de hasta un 40 por
ciento.
El estudio, dirigido por Liana Zanette profesora de Población,
Conservación y Comportamiento Ecológico de la Universidad Western Ontario,
analizó el impacto de los depredadores sobre sus presas, aún cuando éstos no
tienen intención de comérselas.
Los investigadores hicieron un
experimento con gorriones cantores y descubrieron que la percepción del riesgo
afectó a la reproducción y a las tasas de supervivencia de las
crías.
"Nuestro estudio demuestra que el miedo a su depredador es
suficientemente poderoso para tener un impacto en las poblaciones animales",
señaló Zanette en una rueda de prensa.
Para realizar su experimento,
primero protegieron los nidos de varias poblaciones de gorriones que vivían en
libertad con vallas electrificadas.
Posteriormente, emitieron distintos
sonidos grabados a cada grupo de aves, algunos benignos propios de la naturaleza
y otros de los depredadores que suelen aproximarse a sus nidos, como
mapaches.
Según el estudio, "los animales salvajes pueden detectar el
riesgo ante un depredador en su entorno y pueden ajustar su comportamiento para
tratar de reducir esos riesgos".
Los investigadores observaron que los
animales expuestos a sonidos de depredadores, realizaron menos viajes para
buscar comida fuera del nido tanto para alimentarse ellos mismos como para
alimentar a sus polluelos, dificultando su supervivencia, y la cifra de crías se
redujo un 40 por ciento.
Sus resultados sugieren que los depredadores no
son sólo importantes como consumidores, sino que su mera presencia en un medio
ambiente puede tener efectos dramáticos en otras especies, que pueden afectar a
la estabilidad de los ecosistemas.
"Los efectos directos de la muerte en
el nido a causa de los depredadores pueden afectar considerablemente a la
producción de gorriones, limitando el crecimiento de su población y afectando a
la evolución de las especies", añadió.
Sin embargo, "también puede haber
efectos indirectos en la reproducción causados por la alteración de
comportamientos, y estos efectos han sido subestimados", apunta el
estudio.
Los investigadores sugieren además que la presencia de
depredadores no nativos en un ecosistema puede tener consecuencias inesperadas,
por lo que sugieren que el miedo sea introducido como factor en las teorías
sobre depredadores.
La investigación será publicada en el número del 9 de
diciembre de la revista Science.
EFE