El médico Gustavo Barillas atendió y vio morir al niño de 5 años, que fue
golpeado y violentado sexualmente por su cuidadoras en Guanare, estado
Portuguesa, hecho que conmocionó a la ciudad durante la semana y que generó
incesantes protestas. Barillas fue el primero en detectar los signos de maltrato
que originaron el fallecimiento del menor.
De acuerdo a una entrevista
realizada por Vanessa Moreno para el Diario 2001, el único
hombre imputado hasta ahora por el crimen y con quien el profesional de la salud
había coincidido alguna vez en su lugar de trabajo - el Hospital Clínico del
Este - había llamado anteriormente a Barillas para consultarle sobre un vecino
que tenía un morado en la pierna. El médico le recomendó que lo llevara para
hacerle unos rayos X, porque podría tener una fractura. Diez minutos después, el
sujeto volvió a llamar para decir que el vecino estaba muy grave, a lo que el
médico le contestó: "Tráemelo a la clínica".
El niño llegó a las 2:30 pm
al centro de salud, porque supuestamente lo había arrollado una moto días antes.
"El niño llegó en muy malas condiciones. Yo soy pediatra, cirujano pediatra, por
ende uno de los tratantes directos del bebé. Yo lo traté. Llegó consciente,
caminando", explicó Barillas, quien aclaró que es falso que el bebé haya llegado
muerto, sin dientes ni uñas.
Sin embargo, destacó que el menor estaba "en
muy malas condiciones, distendido, es decir, con el abdomen hinchado, con mucha
dificultad para respirar. Cianótico, morado totalmente, pero no por golpes, sino
por la dificultad para respirar. Con hematomas en la frente, la cara, el mentón
y uno importante, que era el que más llamaba la atención, en el muslo derecho,
con áreas quemadas de 10 x 10 en el mismo muslo derecho".
¿Cómo
explicaron los familiares el accidente?
"Cuando llegó en esas
condiciones nosotros le prestamos todos los cuidados (...) Por supuesto, ya de
entrada se asumía que el bebé era totalmente quirúrgico por la distensión. Las
causas pudieron ser por un sangrado o por una perforación, una peritonitis. De
hecho, el bebé cuando estaba caminando refería que tenía mucha sed, que le
dieran agua. Eso es un signo de deshidratación. Necesitaba
agua".
¿Qué otras cosas expresó el niño?
"Estaba
muy malito. No lograba ni siquiera hablar. A lo último, cuando estaba más
angustiado, que no podría respirar, dijo como en dos o tres oportunidades: Me
voy a morir, me voy a morir, me voy a morir. Estos son signos, cuando lo dicen
las personas ya uno sabe que se van a morir".
¿Quién llevó al
niño?
"Lo llevaron dos mujeres, una de ellas, la más joven, lo
estuvo acompañando durante los primeros 20 minutos. Yo le pregunté (...) qué era
lo que tenía el niño, qué era lo que le había pasado. Ella dijo que hacía dos
días se había caído de una moto muy grande".
Barillas procedió a realizar
los análisis para operar al niño, pero la cirugía la iban a hacer en el Hospital
Miguel Orá, que tenía las condiciones necesarias para la operación. Cuando lo
montaban en una ambulancia, al bebé le dio un paro cardíaco, por lo que
decidieron intervenirlo en el Clínico del Este. Pero, el menor no reaccionó,
pese a que le aplicaron electroshock.
Durante la reanimación, otras de
las imputadas por el caso estaba presente y fue interrogada nuevamente por el
médico. La persona alegó nuevamente que el infante se había caído de una moto,
pero está vez dijo que era "pequeña". En ese momento, el médico notó la
contradicción de las dos mujeres, quienes después manifestaron no ser familiares
del niño.
Una abogada de la Lopna y funcionarios del Cicpc procedieron a
realizar las detenciones de las dos mujeres.
DIARIO 2001