Un estudio realizado con un banco de peces demuestra que cuando un grupo
quiere tomar una decisión, los más ignorantes pueden contrarrestar la
posición de un grupo minoritario que quiere imponer su opinión, sumándose a la
mayoría.
El estudio titulado "Los individuos sin
formación promueven el consenso en grupos animales", saldrá publicado
el viernes en el número del 16 de diciembre de la revista Science.
El
profesor Ian Couzin, del departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la
Universidad estadounidense de Princeton se plantea si la ignorancia
puede favorecer la democracia.
El equipo parte de la premisa de
que cuando un grupo debe tomar una decisión por consenso, los miembros
más testarudos pueden intimidar en los procesos decisivos para imponer su
posición, aunque estén en minoría.
No obstante, el estudio,
realizado con bancos de peces, demuestra que contar con miembros no formados en
el grupo puede ayudar a contrarrestar ese efecto.
"Este resultado
es inesperado, porque cuando un grupo incluye individuos sin fuertes
preferencias parecería que son más vulnerables a la influencia de una minoría
extremista", indica la investigación.
Los investigadores primero
desarrollaron un modelo experimental basado en la congregación animal y otro en
dinámicas de grupo en el que, ante dos objetos posibles a los que dirigirse, una
pequeña minoría podría dictar las decisiones del grupo.
Sin embargo, si
un cierto número de individuos no tiene preferencia por un blanco u
otro, finalmente acaban uniendo al grupo más numeroso y el control de la
decisión regresa a la mayoría.
Los autores probaron estas
predicciones en bancos de peces de la especie Notemigonus crysoleucas conocidos
como carpitas doradas o sardinilla de quilla.
Entrenaron a los peces para
moverse hacia un plato azul o amarillo y observaron el comportamiento de los
peces instruidos cuando fueron mezclados con otros que no habían
recibido ningún tipo de entrenamiento.
Los resultados
experimentales confirmaron que los individuos no formados pueden promover un
resultado democrático mediante al hacer valer la representación
igualitaria de preferencias en un grupo.
"El trabajo de
Couzin es un aporte importante en el estudio del comportamiento y la toma de
decisiones de grupos grandes", dijo a Efe, Carl Begstro, de la
Univesidad de Washington en Seattle, que publica un comentario sobre el artículo
en Science.
Sin embargo, aclara que "hay que ser muy cautelosos,
y no saltar de un estudio como éste a extrapolaciones sobre la forma en que los
humanos toman las decisiones".
"Nuestro modelo se
refiere, exclusivamente, a una minoría empecinada que no cambia su
opinión", explicó.
A diferencia de lo que sucede en el mundo
real, "no es una minoría que haga esfuerzo alguno por persuadir a otros
en el grupo mayor, sino que mantiene inflexiblemente sus posiciones. Esto no es
lo que ocurre normalmente cuando hablamos de sistemas de votación o como
funciona la democracia entre los humanos. Ésa no fue la intención".