La Oficina de Patentes y Marcas de los EE.UU. acaba de conceder a Google la
patente
para el desarrollo de la tecnología necesaria a fin de que un automóvil
pueda conducirse de manera autónoma, sin necesidad de intervención de un humano
al volante.
Los derechos de propiedad intelectual se refieren a un método para que un
vehículo pueda cambiar de un modo controlado por los seres humanos a un
estado en que él mismo controla el volante. Así, un vehículo
podría saber cuándo tomar el control, dónde está localizado y en qué dirección
debe conducir, publicó la BBC
en su página web.
Aunque la patente se registró en mayo, no fue sino hasta esta semana cuando
se conoció la noticia. Estos nuevos vehículos podrían utilizarse para paseos
turísticos o para llevar el carro al taller.
El documento de la patente describe el uso de dos grupos de sensores que
harán funcionar el vehículo.
El primero identifica una especie de punto de estacionamiento para cuando el
vehículo se detiene. Esto pone en marcha el segundo grupo de sensores, que
recibe información sobre dónde está ubicado el vehículo y hacia dónde
debería dirigirse.
Para identificar el punto de estacionamiento en el que se encuentra, el auto
podría activar un GPS para encontrar su posición aproximada y luego utilizar sus
sensores para detectar árboles, follaje u otras características de referencia
para conocer su posición exacta.