(EFE).- El precandidato presidencial republicano Mitt Romney lanzó hoy a través de Twitter una campaña en contra de una nueva norma de la Administración Obama para la inclusión de anticonceptivos en los planes médicos, por considerarla un “ataque a la libertad religiosa” en Estados Unidos.
“Si estás harto de los ataques de la Administración Obama contra la libertad religiosa, únete conmigo y firma esta petición”, asegura Romney en su cuenta de Twitter, que incluye un enlace a su página web.
La petición de Romney advierte que, a través de la reforma sanitaria promulgada en 2010, el Gobierno del presidente Barack Obama busca “imponer una visión secular a los estadounidenses” quienes, a su juicio, se oponen a que se les prive de su libertad religiosa.
Romney se refirió a que el pasado 20 de enero, la Administración Obama reafirmó una norma que “obligaría a los hospitales, organismos caritativos y universidades” administrados por la Iglesia católica a que ofrezcan a sus empleados planes médicos que también cubran “anticonceptivos, abortivos y servicios de esterilización”.
Eso violaría sus principios religiosos y “es algo equivocado”, argumentó Romney.
Pero la campaña de reelección de Obama de inmediato respondió a los ataques de Romney, al señalar que sus políticas cuando fue gobernador de Massachusetts fueron “idénticas” a las incluidas en la reforma sanitaria.
“Esperemos que quienes firmen esa petición no se enteren de que las políticas de Mitt en MA (Massachusetts) son idénticas”, dijo en su cuenta de Twitter Stephanie Cutter, subdirectora de la campaña de reelección de Obama.
La nueva norma ha suscitado la repulsa de la Iglesia católica, pese a que ésta incluye excepciones para las iglesias.
El asunto podría convertirse en un delicado problema político para los esfuerzos de reelección de Obama en noviembre próximo.
El senador republicano de Florida, Marco Rubio, católico, ha presentado un proyecto de ley para que las instituciones de esta confesión queden exentas de la cobertura obligatoria de anticonceptivos en los planes médicos que ofrecen a sus empleados.
La semana pasada, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reconoció que el asunto ha generado controversia pero aseguró que el Ejecutivo “continuará trabajando con los grupos religiosos para discutir sus preocupaciones”.