EFE).- El exsenador Rick Santorum se anotó un triunfo holgado y necesario en las primarias de Luisiana y prometió seguir “peleando” para quitarle el cartel de favorito a Mitt Romney, que acumula una veintena de victorias en la contienda por la candidatura presidencial republicana en EE UU.
Con un 69 por ciento escrutado, Santorum tenía un 49 % de los votos frente al 26 % de Romney, exgobernador de Massachusetts, de acuerdo con la cadena CNN.
En tercer lugar estaba el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich (16 %) y en cuarto, y último, el legislador tejano de ideas libertarias Ron Paul (6 %).
Al igual que ocurrió en las votaciones en otros estados sureños, Santorum se ha vuelto a ganar en Luisiana el apoyo de los evangélicos y de los sectores republicanos más conservadores.
“No estoy compitiendo como un candidato conservador a la presidencia. Yo soy el candidato conservador a la presidencia”, dijo Santorum desde Green Bay, en Wisconsin, tras su victoria en Luisiana.
“Estamos aquí, estamos peleando”, agregó Santorum, cuya campaña emitió un comunicado en el que afirma que el triunfo de hoy prueba que los votantes republicanos quieren a “un líder conservador auténtico y fuerte” para enfrentarse al presidente Barack Obama en las elecciones de noviembre.
Con Luisiana en el bolsillo, Santorum suma ya una decena de estados, la mayoría en el sur y el centro del país, donde predominan las formas de vida y los sentimientos más tradicionales.
Pese a ello, sus posibilidades de hacerse con la nominación presidencial republicana siguen siendo escasas, puesto que Romney tiene actualmente más del doble de delegados que él.
Los fondos y la organización de campaña del exsenador están también por debajo de los niveles de Romney.
Además, esta misma semana Santorum ha sido muy criticado por sus rivales por unos comentarios en los que sugirió que preferiría un segundo mandato de Obama a tener a Romney en la Casa Blanca.
Romney, a su vez, llegaba a Luisiana con las encuestas en contra después de ganar cómodamente en las primarias de Puerto Rico e Illinois y de haber recibido el apoyo de Jeb Bush, exgobernador de Florida y hermano del expresidente George W. Bush.
Romney, a su vez, llegaba a Luisiana con las encuestas en contra después de ganar cómodamente en las primarias de Puerto Rico e Illinois y de haber recibido el apoyo de Jeb Bush, exgobernador de Florida y hermano del expresidente George W. Bush.
Hoy se tomó el día libre, sin eventos públicos, y tampoco hizo declaraciones tras conocerse la victoria de Santorum en Luisiana.
Un triunfo de Romney en este estado era poco probable, sobre todo después de que uno de sus asesores, Eric Fehrnstrom, comparó esta semana las posiciones del aspirante con una pizarra magnética infantil: “Puedes borrarlas con un movimiento y volver a empezar de cero”.
Precisamente, la falta de consistencia en sus posiciones políticas ha sido una de las principales críticas que el exgobernador ha sufrido en su búsqueda de la candidatura.
Veinte delegados se repartirán proporcionalmente entre los candidatos en función de los resultados de hoy y 26 más se entregarán en una convención estatal prevista para abril.
Según las últimas estimaciones de la cadena CNN, Romney tiene hasta ahora 563 delegados, seguido de Santorum (259), Gingrich (137) y Paul (71).
Son necesarios 1.144 delegados para asegurarse la nominación presidencial republicana en la convención que ese partido realizará en agosto en Tampa (Florida), de la que saldrá el rival de Obama para las elecciones del 6 de noviembre.
La próxima cita con las urnas para los candidatos será el 3 de abril, con primarias en Maryland, Wisconsin y en el Distrito de Columbia, al que pertenece la capital estadounidense, Washington.
A priori, esos estados pueden ser favorables a Romney, lo que una vez más evidencia que la carrera promete ser larga, como recordó hoy Santorum.
Ni Gingrich, que únicamente ha conseguido dos victorias, ni Paul, que no tiene ninguna, han dado muestras de abandonar, aunque sus opciones son cada día más remotas.