Los menores alimentados con una dieta sana durante los primeros años de vida pueden alcanzar un cociente intelectual (CI) ligeramente mayor a diferencia de los que son alimentados con comida chatarra, según un estudio de la Universidad de Adelaida (Australia).
Asimismo, la investigación sostiene que los menores que consumieron alimentos preparados para bebés a los seis meses obtuvieron "un impacto negativo". Por el contrario, los efectos fueron positivos al comerlos a los dos años de edad.
La doctora Lisa Smithers, directora del estudio, indicó que la comida saludable "aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo de los tejidos del cerebro en los dos primeros años de vida".
Smithers concluye que este trabajo refleja la "necesidad" de proporcionar a los niños alimentos saludables en un momento tan crucial para la formación en sus vidas. "Es importante que se considere el impacto a largo plazo de los alimentos que consumen nuestros hijos", agrega.
Para el estudio los expertos observaron los hábitos alimenticios de 7.000 menores a los 6 meses de edad, a los 15 meses y a los dos años desde su nacimiento. Tras ello, analizó su coeficiente intelectual a los ocho años de edad.
RPP