El volcán Tungurahua, situado en el centro de los Andes de Ecuador, tras casi cuatro meses de relativa calma, volvió a rugir hoy con una súbita explosión y el aumento de su actividad sísmica, informó el Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional.
La explosión, ocurrida esta tarde, generó una columna de vapor y ceniza de entre 6 y 7 kilómetros de altura y el descenso de flujos piroclásticos (rocas candentes) que llegaron hasta la mitad de la montaña en algunas quebradas de su flanco suroeste.
Un fuerte ruido como cañonazo y la vibración del suelo acompañaron la explosión que dio paso a emisiones de vapor de agua de pequeña magnitud y al registro de sismos leves vulcano tectónicos, por fractura de rocas, y los llamados de largo periodo, por el movimiento de fluidos en el interior de la montaña.
En las últimas horas se han registrado 60 temblores leves de largo periodo y siete vulcano tectónicos, precisó el IG.
En un informe especial, el Instituto indicó que evalúa la evolución de la actividad del coloso y plantea dos escenarios posibles en el corto plazo.
En primer lugar, "un ascenso rápido de un volumen pequeño de magma y la presencia de un tapón de magma degasificado y solidificado, el cual fue destruido por la explosión de hoy".
No descarta que la evolución vaya en "ascenso paulatino de un volumen de magma moderado a grande", que inició en julio pasado, añade el informe.
"Para definir cual de los dos escenarios es el más apropiado se requieren evaluar los diferentes parámetros de monitoreo (vigilancia) durante las próximas horas", añade.
No obstante, señala que en cualquiera de los dos casos, "es probable que en los próximos días se puedan generar más explosiones pequeñas a moderadas, las mismas que pueden estar asociadas a emisiones de vapor y ceniza, así como también otros flujos piroclásticos que desciendan por las quebradas del volcán".
En septiembre pasado y tras un pulso eruptivo importante, el Tungurahua mostró una disminución de su actividad explosiva, sísmica y en la tasa de emisión de gases, especialmente dióxido de azufre.
Sin embargo, en las últimas semanas se observó un incremento en la presión interna, sobre todo por una "inflación paulatina de sus flancos superiores".
El pasado 8 de diciembre, los científicos que vigilan al volcán desde sus cercanías advirtieron un cambio en dicha tendencia y observaron una "deflación" en los sensores de deformación (inclinómetros) localizados en la parte superior del volcán.
Asimismo, desde el pasado 12 de diciembre hubo un "incremento progresivo de la sismicidad", principalmente de sismos asociados al movimiento de fluidos (largo período) y de fractura (vulcano tectónicos), además de un leve aumento en la emisión de gases, anota el informe especial difundido esta noche.
El Tungurahua, de 5.016 metros de altitud y situado a unos 80 kilómetros al sur de Quito, empezó su actual proceso eruptivo en 1999 y desde entonces ha intercalado periodos de alta actividad con lapsos de relativa calma.
EFE