El Hospital Universitario Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares cuenta con un sistema pionero en España de mamografía digital de alta resolución adaptado especialmente para realizar exámenes de mamografía espectral con realce de contraste Contrast Enhanced Spectral Mammography (CESM).
El sistema utiliza el espectro del haz de rayos-X para obtener datos funcionales de áreas hipervascularizadas, que podrían asociarse a lesiones tumorales. Es el primer hospital español que utiliza este sistema de mamografía digital para detectar lesiones potencialmente malignas y valorar su extensión con vistas a la planificación de la cirugía y del tratamiento.
La técnica consiste en la inyección de un medio de contraste yodado (de uso habitual en exploraciones como TC o Urografía, entre otras) por vía intravenosa. Pasados unos minutos se realiza un nuevo examen de mamografía, con la particularidad de que por cada compresión se realizan dos adquisiciones a diferentes niveles de energía, en lugar de una adquisición simple como en el caso de la mamografía convencional. El resultado es una imagen similar a la mamografía clásica y otra llamada «recombinada » que muestra las áreas de captación de contraste resaltadas.
Para presentar la imagen recombinada se utiliza un algoritmo desarrollado por la empresa de tecnología médica GE Healthcare. Para obtener las imágenes CESM se realizan las mismas proyecciones que en mamografía convencional, existiendo por tanto una correlación sencilla y exacta entre ambos estudios, lo que facilita la lectura por parte de los radiólogos, cirujanos y oncólogos. Planificar el tratamiento
SenoBright hace posible que el sistema de mamografía digital detecte un tipo completamente nuevo de información funcional basado en la hipervascularización de lesiones tumorales malignas, que hasta ahora sólo permitía la resonancia magnética para facilitar y agilizar su diagnóstico. Mientras que con la mamografía clásica solo se puede observar la morfología del tejido mamario, con esta tecnología los médicos pueden localizar la proliferación de pequeños vasos sanguíneos anómalos (angiogénesis) que están asociados al desarrollo de tumores cancerígenos. Además permite medir la extensión de la lesión con vistas a la planificación de la cirugía y del tratamiento.
La realización del examen conlleva entre 5 y 10 minutos (en un equipo de resonancia magnética el estudio se prolonga hasta los 40 minutos) y el coste es realmente muy inferior. La dosis de radiación recibida por la paciente solo supone 1,2 veces la dosis recibida en una mamografía digital estándar. Cuando se utiliza esta tecnología y se detecta una lesión sospechosa de malignidad, en la imagen obtenida se realzan las zonas tumorales, permitiendo valorar su forma, localización, contorno, número y tamaño. Al día siguiente (o incluso el mismo día y en la misma sala si el estudio de coagulación es normal) se realiza una biopsia con aguja gruesa de la lesión captante de contraste, que permite acortar notablemente el plazo de diagnóstico de las lesiones, junto con su correspondiente estudio inmunohistoquímico para estudio de receptores hormonales del cáncer.
Con este sistema se reduce el tiempo que transcurre el tiempo que transcurre entre la detección y el tratamiento. Esta nueva herramienta diagnóstica incrementa la tasa de detección del cáncer de mama, permite una mejor selección de pacientes que requieren una biopsia y valora la extensión del cáncer de mama por diseminación local, detectando su posible multifocalidad. Otras importantes indicaciones de la exploración son clarificar alteraciones mamográficas (como las zonas de distorsión de la arquitectura mamaria, a menudo visualizadas en solo una proyección) detección de lesiones ocultas en mamografía convencional (en particular en mamas densas) seguimiento y control de las recidivas tumorales en mamas tratadas y evaluación del tratamiento.
Asimismo, la CESM puede tener un papel determinante en pacientes que no pueden realizarse una resonancia magnética por distintos motivos (obesidad, portadoras de marcapasos, ansiedad, etc.) ya que en distintos trabajos científicos se ha demostrado que es una técnica que puede detectar cánceres no visualizados en mamografía convencional y en una tasa que, al menos, puede ser comparable con la resonancia magnética.
Indicaciones clínicas
La experiencia inicial en este hospital con esta nueva herramienta diagnóstica se inició en Abril de 2011. Se han realizado desde entonces 91 casos seleccionadas entre pacientes de 32 a 68 años. Los criterios clínicos para la elección de las pacientes se han basado en casos no concluyentes con una determinada lesión sospechosa que se observaba solo en la mamografía y no en la ecografía (o viceversa), en caso de dudas diagnósticas, en recidiva sobre cicatrices previas por cirugía neoplásica, en el estudio de nódulos sospechosos no claramente visibles por la alta densidad mamaria, en casos de riesgo genético por antecedentes familiares y como alternativa a la resonancia magnética en pacientes con cáncer de mama por problemas de claustrofobia y obesidad.
Asimismo, se ha realizado esta técnica como estudio de extensión en casos de cáncer de mama para detectar multifocalidad, multicentricidad y bilateralidad, en casos de sospecha de recidiva tumoral y como evaluación tras tratamiento radioterápico, quimioterápico y/o quirúrgico. Los resultados más llamativos se han obtenido en pacientes jóvenes y con mamas muy densas, que impiden una adecuada evaluación diagnóstica, sobre todo en casos de sospecha de cáncer de mama. La experiencia inicial con esta técnica indica que es al menos igual de fiable que la resonancia magnética de la mama en la detección y evaluación de nódulos malignos, pero mucho más rápida y sencilla. La tasa de falsos positivos durante esta primera fase es de un 10%.
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