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lunes, 18 de febrero de 2013

China espera mejorar relaciones con el Vaticano tras renuncia del Papa


El Gobierno chino aseguró hoy que espera que las relaciones entre Pekín y el Vaticano, inexistentes diplomáticamente desde 1951, mejoren después de que el Papa Benedicto XVI concluya su pontificado por decisión propia el próximo día 28 y se nombre un nuevo líder de la Iglesia católica.
China espera mejorar relaciones con el Vaticano tras renuncia del Papa
Así lo aseguró hoy el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, en una rueda de prensa en Pekín, una semana después de que el Papa Benedicto XVI anunciara su renuncia.

La falta de reacción hasta ahora por parte del Gobierno chino se debe, en parte, a que coincidió con las vacaciones de Año Nuevo del país asiático, pero también a que China no reconoce al líder espiritual y tiene su propia Iglesia Patriótica Católica desde la Revolución Comunista de 1949.

Hong hoy se limitó a reiterar la "voluntad" de Pekín de acercar posturas con la Santa Sede, aunque remarcó que la reanudación de las relaciones diplomáticas es posible siempre y cuando "El Vaticano rompa lazos con Taiwán y reconozca que es parte inherente de China".

"Y que, además, no interfiera en nuestros asuntos internos", agregó el portavoz chino, en recuerdo de las exigencias tradicionales del régimen comunista a la Santa Sede.

Los enfrentamientos de China con la Iglesia católica han sido muy frecuentes.

El último se produjo el pasado julio, cuando el recién nombrado obispo auxiliar de la diócesis católica de Shanghái, Thaddeus Ma Daqin, fue apartado de sus labores ministeriales después de hacer pública en una homilía su intención de abandonar la Iglesia Patriótica Católica china.

Según el Vaticano, en China hay entre 8 y 12 millones de católicos, divididos entre los pertenecientes a la Iglesia Patriótica, controlada por el Gobierno comunista, y la clandestina, fiel al Vaticano y en ocasiones perseguida por el régimen.

Uno de los asuntos que suele enfrentar al Vaticano con Pekín es el nombramiento de obispos, pues la Santa Sede reclama que pueden ser designados solo por el Papa, mientras que la Iglesia Patriótica los ordena sin el visto bueno papal. 

EFE