El proceso de cinco directivos de la firma francesa Poly Implant Prothèse (PIP) acusados de engaño agravado y estafa por haber fabricado implantes mamarios con un gel de silicona impropio para uso médico, se inició el miércoles en el tribunal correccional de Marsella (sur de Francia).
Inmediatamente después de la apertura de la audiencia, el tribunal examinará una demanda de aplazamiento del proceso presentada por el abogado del fundador de PIP Jean-Claude Mas. Otros abogados defensores pedirán la anulación del procedimiento.
Jean-Claude Mas, el fundador de la firma francesa PIP, había llegado poco antes al tribunal, siendo rodeado por numerosos periodistas. "Sea cual fuere el caso, no es digno que hagáis esto a un hombre de 74 años", declaró su abogado, Yves Haddad.
Poco antes de la hora prevista para comenzar el proceso, el tribunal de casación francés se declaró incompetente para pronunciarse sobre una demanda de traslado del proceso fuera de Marsella presentado por una acusada.
Las demandantes habían empezado a llegar temprano al tribunal, instalado en un recinto del parque de exposiciones de Marsella, dado que sus dimensiones excepcionales sobrepasan la capacidad del Palacio de Justicia.
Casi dos horas antes de abrirse la audiencia, cerca de 200 personas se encontraban ya en la sala. En primera línea, víctimas que llevaban las insignias de sus asociaciones.
Entre ellas, Angela Mauro, de 47 años de edad, que vino de Metz (nordeste) para asistir a los tres primeros días del proceso. Sus prótesis, implantadas en 2003, se fisuraron dos veces produciéndole dolores y obligándola a cambiar de empleo. "Espero que se nos considere víctimas y no solamente como mujeres que quisieron ponerse prótesis", dijo.
Jean-Claude Mas se encuentra por vez primera ante las víctimas del fraude, mujeres a las que acusó en sus declaraciones durante la investigación de presentar demanda "por dinero".
En este proceso por los cargos de engaño agravado y estafa, se presentaron 5.250 demandantes, francesas en su mayoría. Se estima en 30.000 el número de mujeres concernidas por el caso en Francia y decenas de miles en el extranjero.
Hasta el 17 de mayo el tribunal analizará cómo PIP pudo utilizar en sus prótiesis durante diez años un gel de silicona no autorizado para uso médico, pese a los controles de la firma certificadora alemana TÜV.
El tribunal deberá determinar las responsabilidades de los cinco acusados, Mas, fundador y presidente de la empresa, que asumió, y hasta reivindicó, los hechos, pero también su director general Claude Couty, la directora de calidad Hannelore Font, el director técnico Loïc Gossart y el director de productos Thierry Brinon.
Los cinco son pasibles de cinco años de prisión.
Personaje central de la causa, Jean-Claude Mas asumió fríamente el fraude durante la investigación, afirmando que "la fórmula era perfecta". Su empresa vendió durante años prótesis mamarias que contenían un gel de silicona industrial impropio para uso médico, "porque era más barato" que el gel homologado.
La investigación de esta causa terminó a fines de 2011. Según la fiscalía, se presentaron hasta ahora 5.127 demandantes. Estas son en su gran mayoría francesas (95%), pero hay también argentinas, austríacas, suizas, belgas, españolas y británicas.
Toda portadora de implantes PIP puede declararse demandante en este proceso hasta la víspera de la requisitoria de la fiscalía (en principio el 14 de mayo).
Paralelamente a a este proceso, otros dos procedimientos judiciales están en curso en Francia por el escándalo PIP. Uno por heridas y homocidio involuntarios y otro sobre los flujos financieros generados por el fraude y sobre el patrimonio de los directivos de la empresa antes y después de la declaración de quiebra.
Más allá de este primer proceso y de las cinco inculpaciones, los defensores de las víctimas tratan de establecer otras responsabilidades del lado de la empresa de control alemana TÜV, de los proveedores de siliconas de PIP o de la agencia francesa de seguridad de los productos de salud.
AFP