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domingo, 26 de mayo de 2013

Enriquez sobre el “Mario Silva – Gate”: es parte de una “macabra política antinacional”

 Roberto Enriquez, en su artículo de opinión publicado este domingo, titulado Las preguntas del “Silva – Gate”, expresa su posición y la de la tolda política la cual preside, Partido Social Cristiano (Copei), en relación al audio de Mario Silva.
“Lo que sí está claro es que Mario Silva es parte de una macabra política antinacional,cuya línea de mando la controla el gobierno cubano, como se evidencia en la grabación”, señala el también parlamentario.
Enriquez también asegura en el texto que la grabación es “verdadera” y analiza el tema con tres preguntas: ¿Por qué se filtró esa grabación? ¿Qué información se nos da con esa grabación? y ¿Quién hace esa grabación?.
A continuación el artículo completo:
Hacer pronósticos sobre las averías que en la línea de flotación del Gobierno puede provocar la grabación del informe que Mario Silva rinde a un jefe del G2 cubano es un ejercicio incierto. El tiempo dirá. Lo que sí tengo claro es que ahora al Gobierno le ha tocado conocer el sabor amargo de su propio estiércol, sentir en su propio estómago el golpe bajo que con alevosa cobardía tantas veces ha propinado a sus opositores, y pasar de victimarios a víctimas de esa metodología gansteril de las grabaciones de conversaciones privadas que acostumbró a exhibir como miserable arsenal de combate el mismísimo Mario Silva.
Yo también he sido víctima de esa vileza por parte del Sr. Silva. En uno de sus programas, Silva presentó una conversación telefónica que sostuve con un compañero de partido sobre asuntos internos de nuestra organización, que no tenía ningún interés público ni revestía el menor hecho punible. PeroSilva, haciendo gala de las miserias morales que le adornan, la sacó a la luz pública.
1. ¿Por qué se filtró esa grabación? Allí hay una bomba de profundidad, que solo el tiempo, siempre implacable, hará explotar.Diga lo que diga el Gobierno, la grabación entre Silva y el cubano es verdadera. Podrán negarla a coro y buscarse nuevamente al gigantesco Michelle (el mismo que golpeó al diputado Borges), pero no podrán burlar la astuta inteligencia popular. El pueblo sabe que Mario Silva sí dijo lo que dijo, Ahora bien, lo que corresponde es hacer el esfuerzo por analizar el asunto integralmente. Para ello, propongo hacernos tres preguntas: ¿Por qué se filtró esa grabación? ¿Qué información se nos da con esa grabación? y ¿Quién hace esa grabación?
2. ¿Qué información se nos da con esa grabación? Silva evidencia diferencias internas en el oficialismo, las cuales magnífica con la patética aspiración de hacerse importante para los cubanos.
Antes de revisar el detalle de todo lo que dice Mario Silva, debo afirmar que a ese señor no se le puede creer nada. Naturalmente que hago causa común en la exigencia de que se investigue la grabación, pero así como cuestiono las infamias que en La Hojilla vomita contra la oposición, lo coherente es tener aprehensión con los señalamientos que hace ante el gobierno cubano, traicionando a sus camaradas del Psuv, y lo que es más grave, a toda Venezuela.
Entre varios puntos, Silva sentencia que Cabello controla la corrupción con la compra-venta de divisas. Con esa acusación Silva reduce la responsabilidad por el deprave que con el tesoro público han hecho políticas económicas irresponsables, ausencia total de controles y una miríada interminable de corruptos, a una individualidad; eso no es creíble. En la actualidad Diosdado Cabello, sin ninguna necesidad, se ha convertido en el adversario político más radical que tiene la oposición, excediéndose en errores y atropellos en la AN. Espero rectifique. Pero nuestra lucha es y debe estar circunscrita al terreno de la política y no al fusilamiento moral de nuestros adversarios. Si para el oficialismo eso no es importante, para nosotros sí lo debe ser.
Ahora vamos a la pregunta más importante:
3. ¿Quién hace esa grabación?: De la boca de Silva se van despegando las palabras con la misma tara destructiva que ya le conocemos en La Hojilla. Pero lo dramático es que Mario Silva no es Mario Silva, y es allí donde se fragua la dolorosa tragedia venezolana. Mario Silva es una macabra política antinacional, cuya línea de mando la controla el gobierno cubano, como se evidencia en la grabación. Es el diseño perverso de un plan exógeno, alienante y violento contra nuestro pueblo, que coloca por encima de la Constitución y las leyes, de los poderes públicos, del mismo Gobierno, al odio y el terror como política, buscando destruir los cimientos culturales, cívicos y morales de la sociedad venezolana.
Cuando los esbirros salen del anonimato es un indicador de que la política de odio y terror se encuentra en su máxima intensidad. El siglo XX venezolano tuvo dos esbirros con una lamentable popularidad. Durante la dictadura de Gómez, el esbirro Nereo Pacheco era el amo y señor de La Rotunda, y en la tiranía de Pérez Jiménez, el negro Silvio Sanz, hacía de las suyas en los sótanos de la Seguridad Nacional. Hoy la política de odio y terror no se puede realizar en aquellos términos -la comunidad internacional no sería indiferente.Mario Silva es el primer esbirro del siglo XXI venezolano. El esbirro es un malhechor político. El esbirro venezolano ha sido el sempiterno ejecutor de las políticas de odio y terror del Estado, y siempre ataca con la ventaja del poder.
Este esbirro moderno la ejecuta con el mismo sadismo psicópata de sus predecesores pero con métodos más sofisticados. Destruyendo reputaciones, fusilando dignidades; poniéndole brasa y carbón al odio voraz y fatal de un pueblo contra su pueblo desde un canal de tv.
Si Maduro quiere tener autoridad moral para exigirle a los medios privados que promuevan valores, debe comenzar por dar el ejemplo con VTV, retirando toda programación de odio. Para que en el futuro, las generaciones del porvenir puedan decir: que el único esbirro que hubo en el siglo XXI, lo mentaban Mario Silva y tenía un programa llamado La Hojilla…, y de pasada, aprovecha Maduro, y le mete las cabras en el corral al régimen cubano. Que se lo estoy advirtiendo con tiempo.