EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, opina que “la mujer para el varón es sustituta de la mamá”, porque ésta es “cariñosa, se preocupa por la alimentación, se preocupa por uno”, según una entrevista publicada hoy.
Morales, que habló a la revista Oxígeno de aspectos íntimos de su vida, respondió, al preguntarle sobre el perfil de mujer que quisiera tener, que quiere una mujer que sea como su “mamá”, aunque dijo que por ahora está “casado con Bolivia”.
“No sé si es machismo, puedo estar equivocado”, apostilla Morales, de 53 años y soltero, aunque padre de dos hijos de mujeres distintas y para quien “no hay tipos de mujer, hay una sola”.
El presidente dijo no saber si alguna vez ha hecho llorar a una mujer y asegura que desde sus tiempos como líder sindical, en las décadas de los años 80 y 90, entiende “perfectamente” que las mujeres no quieran casarse con él.
Célebre por su incombustible actividad y su intenso ritmo de trabajo, el presidente boliviano achaca su aguante a que de niño caminó “bastante”, lo que le dio “resistencia muscular y fortaleza física”, y también a su alimentación de aquel entonces, “tan natural”, a base de mote, tostado, papa y quinua.“Una vez pregunté: ‘¿por qué me dejas, si yo quiero casarme contigo?’ y ellas me decían: ‘no, no, no. A vos te van a meter en la cárcel o te van a mandar al cementerio. No quiero estar viuda ni quiero sufrir’”, relata Morales en la entrevista.
Apasionado de la sopa, casi único plato que comía en su infancia, hoy confiesa que es “el más comilón del Palacio”.
“A mediodía tomo dos sopas, después del segundo. En las mañanas tomo una sopa para desayunar, a las 05.00, antes de viajar”, explica, y desvela que en sus primeros días como presidente, antes de acudir a encuentros diplomáticos, primero “entraba a la cocina a comer, y luego iba a la reunión”.
También aborda su conocida falta de sueño, reconoce que le preocupa y explica que aprovecha para dormir cuando viaja en avión.
Relata Morales que reconoció la importancia del descanso cuando en 2007, preparando una visita a Bolivia del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fallecido en marzo pasado, durmió sólo tres horas en cinco días y después no podía recordar qué había dicho en sus intervenciones públicas.
“Desde aquella vez llegué a la conclusión de que es más importante dormir que comer,porque en el fondo casi me he vuelto loco. No me acuerdo”, apuntó.
Precisamente su relación con Hugo Chávez, cuya muerte por cáncer este mismo año afectó profundamente a Morales, es otro de los temas sobre los que el presidente abre su corazón en la entrevista, en la que califica al fallecido mandatario “como un hermano”.
“Chávez decía: ‘este indio sabe lo que va a hacer’”, refirió Morales sobre algunos encuentros que mantuvo con el venezolano antes de llegar a la Presidencia de Bolivia en 2006.
Morales rememora las arepas que hacía preparar Chávez, y que a él le encantaban, y también cómo una vez éste repartió teléfonos celulares entre los presidentes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), para que pudieran comunicarse directamente con él, sin filtros.
“Dudo que haya otro con la característica de Hugo Chávez (…) Era particular por su oratoria, sus bromas, su contacto con el pueblo, su determinación y su voz contra el imperio”, responde Morales a la pregunta de si cree que habrá una figura política que reemplace al fallecido líder venezolano.
El presidente boliviano añade que cuando deje la presidencia le gustaría irse a la zona de la que es originario, la región cocalera del Chapare (centro).
“El deseo que tengo es hacer habitaciones en mi chaco. Quisiera invitar a mis ministros. Tengo plantaciones. Quisiera hacer cosechas, hacer parrilladas, que vengan con sus nietos”, afirma.
Sobre sus creencias religiosas, el primer presidente indígena de Bolivia asegura que cree en sus padres y que pide energía a la “Pachamama”, la madre tierra.