Investigadores del Grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza han liderado una investigación que ha permitido encontrar las icnitas —pisadas fósiles— de dinosaurios más modernas de Europa en zonas areniscas situadas a orillas de ríos de diferentes localidades del Pirineo aragonés y catalán, que demostrarían que los dinosaurios vivieron en esta parte del mundo hasta el momento en que impactó el gran meteorito del límite Cretácico-Terciario.
Así lo ha explicado la Universidad de Zaragoza en un comunicado, en el que ha recordado que el registro fósil de los dinosaurios poco antes de su extinción hace 65 millones de años "es escaso y está circunscrito a unos pocos lugares del mundo, uno de ellos el Pirineo".
El grupo formado por investigadores de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusanfont (ICP) documentan desde hace décadas estos últimos dinosaurios y en una reciente publicación en la revista PlosOne han demostrado que los dinosaurios hadrosáuridos, conocidos como 'Picos de pato', vivieron en los últimos miles de años del Cretácico.
El estudio se ha realizado a partir de sus icnitas, evidencia cuya importancia estriba en que estas solo las puede formar un organismo vivo mientras se desplaza en el momento en que se estaba formando la roca. Así, mientras que los huesos fósiles pueden erosionarse y volverse a depositar en rocas más modernas, en el caso de las icnitas esto no ocurre, sino que se tuvieron que producir en el momento en que vivían los dinosaurios.
Desde la Universidad de Zaragoza han precisado que estudios detallados durante más de diez años en los afloramientos donde se encuentra el límite Cretácico-Terciario ha permitido descubrir que estas pisadas de hadrosáuridos son abundantes en las areniscas formadas en los canales de los ríos.
Sin embargo, "a partir de un nivel geológico no se vuelven a encontrar", algo que implicaría que los hadrosáuridos "eran relativamente abundantes en las orillas los ríos de hace 65,5 millones de años, para desaparecer del registro fósil de manera brusca".
Una identificación problemática
La institución académica aragonesa ha indicado que "resulta problemático relacionar las icnitas con una especie concreta" ya que "es muy difícil encontrar las pisadas junto al dinosaurio que las produjo", si bien "existen varias hipótesis".
Así, en la misma formación geológica donde se han encontrado las icnitas se han descrito los dinosaurios hadrosáuridos Arenysaurus en Arén (Huesca) y Pararhabdodon, en Isona (Lérida).
"Son, sin duda, dos buenos candidatos que podrían haber dejado sus improntas en el barro hace 65,5 millones de años en lo que hoy conocemos como los Pirineos", han sostenido las mismas fuentes.
Así lo ha explicado la Universidad de Zaragoza en un comunicado, en el que ha recordado que el registro fósil de los dinosaurios poco antes de su extinción hace 65 millones de años "es escaso y está circunscrito a unos pocos lugares del mundo, uno de ellos el Pirineo".
El grupo formado por investigadores de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Autónoma de Barcelona y el Instituto Catalán de Paleontología Miquel Crusanfont (ICP) documentan desde hace décadas estos últimos dinosaurios y en una reciente publicación en la revista PlosOne han demostrado que los dinosaurios hadrosáuridos, conocidos como 'Picos de pato', vivieron en los últimos miles de años del Cretácico.
El estudio se ha realizado a partir de sus icnitas, evidencia cuya importancia estriba en que estas solo las puede formar un organismo vivo mientras se desplaza en el momento en que se estaba formando la roca. Así, mientras que los huesos fósiles pueden erosionarse y volverse a depositar en rocas más modernas, en el caso de las icnitas esto no ocurre, sino que se tuvieron que producir en el momento en que vivían los dinosaurios.
Desde la Universidad de Zaragoza han precisado que estudios detallados durante más de diez años en los afloramientos donde se encuentra el límite Cretácico-Terciario ha permitido descubrir que estas pisadas de hadrosáuridos son abundantes en las areniscas formadas en los canales de los ríos.
Sin embargo, "a partir de un nivel geológico no se vuelven a encontrar", algo que implicaría que los hadrosáuridos "eran relativamente abundantes en las orillas los ríos de hace 65,5 millones de años, para desaparecer del registro fósil de manera brusca".
Una identificación problemática
La institución académica aragonesa ha indicado que "resulta problemático relacionar las icnitas con una especie concreta" ya que "es muy difícil encontrar las pisadas junto al dinosaurio que las produjo", si bien "existen varias hipótesis".
Así, en la misma formación geológica donde se han encontrado las icnitas se han descrito los dinosaurios hadrosáuridos Arenysaurus en Arén (Huesca) y Pararhabdodon, en Isona (Lérida).
"Son, sin duda, dos buenos candidatos que podrían haber dejado sus improntas en el barro hace 65,5 millones de años en lo que hoy conocemos como los Pirineos", han sostenido las mismas fuentes.
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