“Las cifras del BCV hablan por si solas. Los precios durante el mes de agosto aumentaron 3,0% lo que denota un incremento de la inflación de 45,4% en términos anuales, cifra esta sustancialmente mayor que la meta oficial de inflación para 2013, la cual se estableció entre 14,0% y 16,0%. Igualmente, la tasa de inflación anualizada de agosto (45,4%) supera la de julio, la cual alcanzó a 42,6%. Esta aceleración de la inflación se sintió con más fuerza en los alimentos al reflejar estos un aumento anualizado de 65,0%”, así lo denunció el coordinador del área económica de la Mesa de la Unidad Democrática, José Guerra.
El economista resaltó que esta es la tasa de inflación de 45,4% más elevada que sufre la economía venezolana desde 1998, cuando ese indicador se situó en 35,8%; lo que sugiere que la economía ha entrado en una peligrosa senda inflacionaria, que pudiese tomar mayor fuerza en vista de que los meses de septiembre, octubre y noviembre suelen ser los de mayor incidencia en el aumento de precios.
“Con estas cifras de inflación, Venezuela se coloca como la economía más inflacionaria del planeta, exceptuando a Siria, situación que evidencia el fracaso absoluto de la política económica. El aumento de la inflación ocurre en momentos en que la actividad económica se ha desacelerado notoriamente, hasta conformar un cuadro de virtual estanflación. En una coyuntura como la actual con debilidad de la demanda agregada, el alza de precios claramente se explica por dos razones principales. En primer lugar, por las devaluaciones recurrentes que ha experimentado el bolívar, en sus tres segmentos, CADIVI, SICAD y el mercado negro y en segundo término por el importante aumento de la liquidez monetaria nominal (65,0% anual), derivada del financiamiento mediante impresión de dinero del BCV a las empresas del Estado, en particular a PDVSA”, manifestó.
Es por lo antes expuesto que, Guerra sentenció que ha sido esta combinación de políticas fiscales y monetarias inconsistentes, derivadas del aumento del déficit fiscal y su expresión en la creación de dinero por parte del BCV, la que ha propiciado las devaluaciones del bolívar y el empuje de la inflación.
“La inflación tiene efectos claramente diferenciados. El hecho que los alimentos hayan aumentado a un ritmo de 65,0% anual en agosto implica que la inflación golpea con mayor fuerza a los pobres. Efectivamente, según el BCV el estrato de menores ingresos tuvo una inflación de 48,5% superior al promedio nacional de 45,4%”, agregó.
Para finalizar, el coordinador del área económica reiteró que la MUD ha sostenido que Venezuela requiere un cambio urgente de la política económica para abatir la inflación porque la actual ha fracasado rotundamente. “Ese cambio debe partir por la creación de los incentivos para levantar la producción nacional, limitar el financiamiento del BCV al gobierno a través de la impresión de moneda sin respaldo y marchar progresiva y sostenidamente hacia la unificación de los diferentes tipos de cambio”.
El economista resaltó que esta es la tasa de inflación de 45,4% más elevada que sufre la economía venezolana desde 1998, cuando ese indicador se situó en 35,8%; lo que sugiere que la economía ha entrado en una peligrosa senda inflacionaria, que pudiese tomar mayor fuerza en vista de que los meses de septiembre, octubre y noviembre suelen ser los de mayor incidencia en el aumento de precios.
“Con estas cifras de inflación, Venezuela se coloca como la economía más inflacionaria del planeta, exceptuando a Siria, situación que evidencia el fracaso absoluto de la política económica. El aumento de la inflación ocurre en momentos en que la actividad económica se ha desacelerado notoriamente, hasta conformar un cuadro de virtual estanflación. En una coyuntura como la actual con debilidad de la demanda agregada, el alza de precios claramente se explica por dos razones principales. En primer lugar, por las devaluaciones recurrentes que ha experimentado el bolívar, en sus tres segmentos, CADIVI, SICAD y el mercado negro y en segundo término por el importante aumento de la liquidez monetaria nominal (65,0% anual), derivada del financiamiento mediante impresión de dinero del BCV a las empresas del Estado, en particular a PDVSA”, manifestó.
Es por lo antes expuesto que, Guerra sentenció que ha sido esta combinación de políticas fiscales y monetarias inconsistentes, derivadas del aumento del déficit fiscal y su expresión en la creación de dinero por parte del BCV, la que ha propiciado las devaluaciones del bolívar y el empuje de la inflación.
“La inflación tiene efectos claramente diferenciados. El hecho que los alimentos hayan aumentado a un ritmo de 65,0% anual en agosto implica que la inflación golpea con mayor fuerza a los pobres. Efectivamente, según el BCV el estrato de menores ingresos tuvo una inflación de 48,5% superior al promedio nacional de 45,4%”, agregó.
Para finalizar, el coordinador del área económica reiteró que la MUD ha sostenido que Venezuela requiere un cambio urgente de la política económica para abatir la inflación porque la actual ha fracasado rotundamente. “Ese cambio debe partir por la creación de los incentivos para levantar la producción nacional, limitar el financiamiento del BCV al gobierno a través de la impresión de moneda sin respaldo y marchar progresiva y sostenidamente hacia la unificación de los diferentes tipos de cambio”.