Nadar entre tiburones o cruzar Islandia en patinete son algunas de las aventuras que protagoniza Ben Stiller en "La vida secreta de Walter Mitty", una comedia que también dirige acerca de un hombre gris, pero con mucha imaginación, que un día decide hacer realidad sus sueños.
Pese a que ha puesto en pie algunas de las escenas más desternillantes de la comedia americana -el semen colgando de su oreja en "Algo pasa con Mary", el ataque de diarrea en el baño de Jennifer Aniston en "Y entonces llegó ella" o la mirada "blue steel" de "Zoolander"-, ante los periodistas Stiller se muestra como un tipo serio.
A la promoción en Madrid llega resfriado, después de haber pasado por Roma, Londres, Moscú, y otras ciudades europeas, así que antes de pasar a la habitación del hotel donde tiene lugar la entrevista, cada periodista recibe la misma indicación: "nada de besos ni de darle la mano, podría contagiarte".
"No creo que las películas que he hecho me hayan ni ayudado ni impedido hacer nada (...), he tenido mucha suerte y he podido hacer las películas que he querido", dice el actor, pese a que en más de una ocasión ha reconocido que le habría gustado dirigir más.
Quizá muchos no recuerden que, con poco más de 20 años, Ben Stiller dirigió su primer largo, un alegato generacional protagonizado por Ethan Hawke y Winona Ryder llamado "Reality Bites"; y que profundizó en esa faceta con títulos como "Un loco a domicilio" (1996), Zoolander (2001) o "Tropic Thunder" (2008).
"Si no he dirigido más no ha sido por dificultades externas sino por no hallar la pasión suficiente hacia un proyecto", explica. "Dirigir es algo muy grande y lleva mucho tiempo, pero es algo que nunca he dejado de hacer", añade.
Parece que en "La vida secreta de Walter Mitty", en la que comparte cartel con Kristen Wiig, este hijo de comediantes nacido hace 48 años en Nueva York ha logrado encontrar esa pasión.
"Conecté mucho con lo que le pasa a este chico -un editor fotográfico que trabaja en la revista Life-, la idea de querer alcanzar la mejor versión de ti mismo, y cómo la percepción que tienes de ti no necesariamente se corresponde con la realidad", explica.
El proyecto llevaba años dando vueltas por los estudios de Hollywood, desde que Samuel Goldwyn Jr. apostó en 1994 por hacer un "remake" de la comedia que protagonizó Danny Kaye en 1947 y que produjo su padre, Samuel Goldwyn.
Jim Carrey o Mike Myers fueron candidatos a ponerse en la piel de Walter Mitty y entre sus posibles directores estuvieron Ron Howard o Steven Spielberg, pero la dificultad de contemporaneizar el guión frenó su desarrollo.
Hasta que llegó a manos del guionista Steve Conrad, quien se alejó de la película original y usó como referencia la novela escrita por James Thurber en 1939, según cuenta Stiller.
"No relaciono esta película para nada con la de 1947, porque era una comedia musical y no creo que pudiéramos hacer eso mejor", afirma.
"En cambio, la idea (de Conrad) era muy moderna, creo que mucha gente podrá identificarse con ese sentimiento de no ser visto por los demás, pero tener un gran potencial y querer aprovecharlo (...), de enfrentarte a tus miedos y lograr ser la persona que quieres ser", añade.
Antes de que el tiempo se agote, Stiller confirma que hay un guión, coescrito con Justin Theroux, para una segunda entrega de "Zoolander", de la que no da más detalles.
Ahora mismo, está inmerso en el rodaje de "While we're young", donde se pone de nuevo a las órdenes de Noah Baumbach, con quien trabajó en "Greenberg", y en una tercera entrega de "Noche en el museo".
EFE