Según el informe anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se calcula que en 2013 el número de personas desempleadas se situó cerca de los 202 millones, un aumento de casi 5 millones respecto del año anterior.
El 45% del desempleo se registró en la región de Asia Oriental y Asia Meridional, mientras que América Latina solo registró 1% del aumento total de desempleo.
Si esta tendencia se mantiene, para el año 2018 el desempleo habrá aumentado otros 13 millones, lo que afectaría desproporcionalmente a los jóvenes.
El informe menciona que se prevé que la tasa mundial de desempleo se mantendrá constante durante los próximos 5 años.
En países en crisis de la zona del euro, como Grecia o España, la duración media del desempleo es de 9 y 8 meses respectivamente, e incluso en países de otras regiones que están empezando a vislumbrar signos de recuperación económica alentadores, como Estados Unidos, el desempleo de larga duración afecta a más del 40% de todas las personas que buscan empleo.
Períodos tan largos de desempleo impiden una recuperación rápida del mercado del trabajo.
Empleos vulnerables
Por su parte, el empleo vulnerable, o empleo por cuenta propia y el desempeñado por trabajadores familiares auxiliares, representa cerca del 48% del total del empleo. Las personas con empleos vulnerables están más expuestas que los trabajadores asalariados a encontrarse con acceso limitado o sin acceso a la seguridad social o a un ingreso seguro.
La OIT informa que en 2013, el número de personas con empleos vulnerables registró un aumento de alrededor de 1%, el cual representa cinco veces más que en los años previos a la crisis que inició en 2008.
El empleo informal sigue muy generalizado en la mayoría de los países en desarrollo, pero en América Latina algunos países han hecho grandes progresos al mantener las tasas de informalidad por debajo del 50%, aunque los países andinos y de América Central de bajos ingresos siguen registrando tasas del 70% o superiores.
El informe del año 2013 muestra que un restablecimiento del equilibrio entre las políticas macroeconómicas y un aumento de los ingresos del trabajo mejorarían considerablemente el panorama del empleo.
La OIT recomienda que, para abordar las brechas abiertas en el empleo y en la sociedad, es preciso aplicar políticas macroeconómicas favorables a la creación de empleo y destinar más recursos a las políticas sociales y del mercado de trabajo.
OIT