China debería permitir la quiebra de más empresas en problemas para ayudar a mejorar los mecanismos económicos en lugar de permitir que consigan rescates diseñados por el Gobierno, dijo el martes el vicegobernador del banco central.
El riesgo de quiebras de empresas ha ido en aumento frente a una desaceleración del crecimiento económico y Pekín está tratando de limitar los altos niveles de deuda en la economía para ayudar a evitar los riesgos financieros.
"En el transcurso de nuestros estudios, encontramos que muchas empresas se encuentran en estado zombie pero han tomado una gran cantidad de crédito", dijo Liu Shiyu en un foro en Pekín.
El funcionario instó a las firmas de los sectores del carbón, el acero, la maquinaria y la construcción naval a que encuentren maneras de salir de las dificultades, incluyendo el uso de una ley de quiebras introducida en el 2007.
Los funcionarios de los gobiernos locales usualmente median entre los acreedores a puertas cerradas y Pekín ha utilizado la ley con cautela, temiendo que la quiebra de grandes empresas y los despidos generalizados puedan generar conflictos sociales.
El número de quiebras manejadas por los tribunales chinos cayó a 1.920 el año pasado desde 10.000 hace algunos años, agregó Liu.
"Cuando algunas grandes empresas se topan con dificultades, los acreedores y las firmas confían en que el Gobierno tome la iniciativa en los acuerdos extrajudiciales administrativos", dijo Liu, advirtiendo que los rescates liderados por el Gobierno podrían llevar al "mal uso de los recursos".
El riesgo de quiebras de empresas ha ido en aumento frente a una desaceleración del crecimiento económico y Pekín está tratando de limitar los altos niveles de deuda en la economía para ayudar a evitar los riesgos financieros.
"En el transcurso de nuestros estudios, encontramos que muchas empresas se encuentran en estado zombie pero han tomado una gran cantidad de crédito", dijo Liu Shiyu en un foro en Pekín.
El funcionario instó a las firmas de los sectores del carbón, el acero, la maquinaria y la construcción naval a que encuentren maneras de salir de las dificultades, incluyendo el uso de una ley de quiebras introducida en el 2007.
Los funcionarios de los gobiernos locales usualmente median entre los acreedores a puertas cerradas y Pekín ha utilizado la ley con cautela, temiendo que la quiebra de grandes empresas y los despidos generalizados puedan generar conflictos sociales.
El número de quiebras manejadas por los tribunales chinos cayó a 1.920 el año pasado desde 10.000 hace algunos años, agregó Liu.
"Cuando algunas grandes empresas se topan con dificultades, los acreedores y las firmas confían en que el Gobierno tome la iniciativa en los acuerdos extrajudiciales administrativos", dijo Liu, advirtiendo que los rescates liderados por el Gobierno podrían llevar al "mal uso de los recursos".
