Fitch amenaza con devaluar a Francia por el riesgo de no cumplir el déficit
La agencia de calificación crediticia Fitch ha puesto en "vigilancia negativa" la nota de solvencia de Francia, actualmente AA+, ante el empeoramiento de las perspectivas económicas del país galo, lo que podría conllevar la rebaja de un escalón en la nota francesa a partir de noviembre. Según argumenta esta sociedad, el exiguo crecimiento que afronta el país pone en riesgo que pueda cumplir las metas de déficit y amenaza con retrasar la prometida estabilización de la deuda pública.
Pese a las reiteradas advertencias de Bruselas y Berlín, Francia ha rechazado rebajar su déficit al ritmo comprometido y evita que los recortes afecten con profundidad a su mimado modelo social. A diferencia de otros países europeos, el Gobierno galo no prevé una reforma laboral, ni rebajas salariales, ni facilidades para los despidos, ni una profunda revisión de las pensiones, ni reducciones en los subsidios de paro o el salario mínimo. Nada que frene aún más el crecimiento, argumenta París.
Asimismo, Fitch prevé que la ratio de deuda pública de Francia alcanzará su máximo dos años más tarde de lo previsto y llegará en 2017 al 99,7%, desde donde bajará muy ligeramente hasta el 94,9% a finales de la presente década. "Las últimas desviaciones de los objetivos presupuestarios y de los compromisos del procedimiento de déficit excesivo debilitan la credibilidad fiscal", según Fitch, que recuerda que es ya la segunda ocasión en la que el país galo retrasa el cumplimiento de los objetivos pactados incluso después de la introducción de un nuevo marco reforzado en materia de políticas fiscales en la UE.En un comunicado, Fitch recordó que el Gobierno galo ha revisado "materialmente" al alza sus previsiones de déficit, donde reconoce que no cumplirá con el Pacto de Estabilidad hasta 2017 (2,8%). Frente a esta cifra, la agencia estima que dentro de tres años el déficit aún será del 3,3%. "Las perspectivas para la economía francesa se han deteriorado, perjudicando las proyecciones de consolidación fiscal y estabilización de la deuda", apunta Fitch, que ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento para Francia al 0,4% este año y el 0,8% en 2015, frente al 0,7% y el 1,2% respectivamente que esperaba anteriormente. Esta agencia fue la última entre las tres grandes que quitó la Triple A —una especie de matrícula de honor de la deuda— a Francia en julio de 2013.
En este sentido, aunque la agencia no descarta que la Comisión Europea pueda pedir a Francia la introducción de medidas fiscales adicionales, no espera que Bruselas imponga al país galo sanciones ni exigencias que afecten de manera material a las dinámicas de deuda de Francia. "La ausencia de mejoras materiales en las dinámicas proyectadas de deuda pública tras la publicación de la opinión de la Comisión sobre el presupuesto galo para 2015, que se conocerá en noviembre, probablemente nos llevaría a rebajar un escalón el rating", explicó la agencia.
Calendario pactado con El Elíseo
Fitch, que tenía previsto publicar el próximo 12 de diciembre su revisión de la calificación de Francia, según el calendario pactado con las autoridades, indicó que la evolución de los acontecimientos en el país galo justificaba la publicación de su advertencia.
El ministro de Finanzas de Francia, Michel Sapin, salió al paso inmediatamente después de publicarse la advertencia de la agencia Fitch para subrayar que el Gobierno galo "sigue su curso" y defender que las medidas adoptadas garantizan el cumplimiento de los compromisos de ajuste. "El Gobierno continúa con las reformas que contribuirán a incrementar el potencial de crecimiento de la economía", señaló Sapin en un comunicado. Asimismo, el ministro francés de Finanzas hizo hincapié en que la deuda de Francia se cuenta entre las "más seguras y más líquidas del mundo" y se beneficia de una sólida y diversa base de inversores.
Las agencias, un triunvirato de tres sociedades que controla el negocio internacional de la medición de riesgos, no han vivido su mejor momento a lo largo de la crisis financiera, primero, y la de deuda después. Por ello, han adoptado cambios, como la obligación de informar con antelación a los sujetos de sus calificaciones.EL PAIS