Miles de personas se manifestaron este domingo en París y Burdeos (sur) en favor del modelo de familia tradicional y particularmente contra la gestación subrogada y la procreación médicamente asistida para las parejas de lesbianas.
La protesta estuvo convocada por el colectivo "Manif pour tous", atalaya que sirvió el año pasado para aglutinar la contestación contra la ley que autoriza el matrimonio homosexual en Francia, que fue promulgada en mayo de 2013.
La cita reunió en la capital francesa a 500.000 personas y a otras 30.000 en Burdeos, según los organizadores, mientras que la Policía redujo esas cifras a 70.000 y 7.500 personas, respectivamente.
Los manifestantes arremetieron este domingo contra la eventual legalización de las madres portadoras y contra el recurso de las lesbianas a la gestación artificial, aunque ninguno de esos puntos están en el orden del día del Ejecutivo.
La última manifestación de este tipo se remonta a febrero, cuando mostraron su oposición más de 500.000 personas en París, y otras 40.000 en Lyon (este), según los organizadores, frente a las 80.000 y 40.000, respectivamente, de los cálculos de la policía.
Para la presidenta de la "Manif pour tous", Ludovine de La Rochère, que se mostró confiada en superar esas cifras, la ley impulsada por la ministra de Justicia, Christiane Taubira, es "el árbol que impide ver el bosque", porque conduce en su opinión a esas "prácticas oscurantistas e inaceptables en el país de los derechos humanos".
La agrupación desplegó su habitual marea de banderolas azules y rosas con lemas como "Protejamos la familia", "No a las madres portadoras" y otros en contra de la "mercantilización" de los cuerpos de quienes se prestan a ese servicio.
Según un sondeo difundido este domingo y realizado entre los pasados 29 de septiembre y 1 de octubre, el 57 % de los franceses se opone a la abolición de la "ley Taubira", y el 53 % se dice favorable a ampliar la procreación médicamente asistida a las parejas de lesbianas.
Otro 55 %, según esa encuesta, efectuada por el instituto demoscópico Ifop, es partidario de autorizar "en un marco reglamentado" los vientres de alquiler en Francia, actualmente prohibidos sea cual sea la orientación sexual de la pareja.
El Gobierno, no obstante, se muestra particularmente inflexible en ese último punto: el primer ministro, Manuel Valls, anunció el viernes que se va a promover una "iniciativa internacional" para que los países donde los vientres de alquiler son legales no los permitan para los nacionales de Estados donde están prohibidos.
Para Valls, se trata de "una práctica intolerable de comercialización de los seres humanos", razón por la que afirmó que la postura francesa no va a cambiar pese a la condena de Francia por el Tribunal de Estrasburgo en junio.
Los jueces del Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideraron entonces que el país había atentado contra la identidad de unos niños nacidos de madres portadoras y concebidos en EEUU al no reconocer la paternidad de las parejas infértiles que habían acudido al país para realizar ese procedimiento.
La protesta estuvo convocada por el colectivo "Manif pour tous", atalaya que sirvió el año pasado para aglutinar la contestación contra la ley que autoriza el matrimonio homosexual en Francia, que fue promulgada en mayo de 2013.
La cita reunió en la capital francesa a 500.000 personas y a otras 30.000 en Burdeos, según los organizadores, mientras que la Policía redujo esas cifras a 70.000 y 7.500 personas, respectivamente.
Los manifestantes arremetieron este domingo contra la eventual legalización de las madres portadoras y contra el recurso de las lesbianas a la gestación artificial, aunque ninguno de esos puntos están en el orden del día del Ejecutivo.
La última manifestación de este tipo se remonta a febrero, cuando mostraron su oposición más de 500.000 personas en París, y otras 40.000 en Lyon (este), según los organizadores, frente a las 80.000 y 40.000, respectivamente, de los cálculos de la policía.
Para la presidenta de la "Manif pour tous", Ludovine de La Rochère, que se mostró confiada en superar esas cifras, la ley impulsada por la ministra de Justicia, Christiane Taubira, es "el árbol que impide ver el bosque", porque conduce en su opinión a esas "prácticas oscurantistas e inaceptables en el país de los derechos humanos".
La agrupación desplegó su habitual marea de banderolas azules y rosas con lemas como "Protejamos la familia", "No a las madres portadoras" y otros en contra de la "mercantilización" de los cuerpos de quienes se prestan a ese servicio.
Según un sondeo difundido este domingo y realizado entre los pasados 29 de septiembre y 1 de octubre, el 57 % de los franceses se opone a la abolición de la "ley Taubira", y el 53 % se dice favorable a ampliar la procreación médicamente asistida a las parejas de lesbianas.
Otro 55 %, según esa encuesta, efectuada por el instituto demoscópico Ifop, es partidario de autorizar "en un marco reglamentado" los vientres de alquiler en Francia, actualmente prohibidos sea cual sea la orientación sexual de la pareja.
El Gobierno, no obstante, se muestra particularmente inflexible en ese último punto: el primer ministro, Manuel Valls, anunció el viernes que se va a promover una "iniciativa internacional" para que los países donde los vientres de alquiler son legales no los permitan para los nacionales de Estados donde están prohibidos.
Para Valls, se trata de "una práctica intolerable de comercialización de los seres humanos", razón por la que afirmó que la postura francesa no va a cambiar pese a la condena de Francia por el Tribunal de Estrasburgo en junio.
Los jueces del Tribunal Europeo de Derechos Humanos consideraron entonces que el país había atentado contra la identidad de unos niños nacidos de madres portadoras y concebidos en EEUU al no reconocer la paternidad de las parejas infértiles que habían acudido al país para realizar ese procedimiento.
EFE