El delantero colombiano Teófilo Gutiérrez llegó a River Plate con un manto de escepticismo, el mismo que marcó el regreso de Fernando Gago a Boca Juniors tras su extenso paso por el fútbol europeo y un periplo por Vélez Sarsfield.
Sin embargo, un año y medio después de sus respectivos desembarcos, sus presentes distan mucho en la previa del Superclásico del fútbol argentino que los pondrá frente a frente.
El delantero nacido en Barranquilla se encuentra en su mejor momento desde su desembarco en el fútbol argentino, ya que es el goleador del torneo con ocho tantos en nueve fechas disputadas.
Luego de despejar las dudas sobre su continuidad o posible éxodo a Europa, el artillero se convirtió en la principal carta de triunfo para un River Plate de Marcelo Gallardo que marcha invicto y líder del certamen.
A los 29 años, Teo no deja su carácter picante y pícaro fuera de la cancha y su certero poderío de fuego dentro del área en lo que ya se ha transformado en casi una marca registrada.
"El juego de River enamora hasta a los de Boca. Tengo un hermano, Ronald, que es hincha de Boca desde niño. Y siempre me molesta con que nos van a ganar. Le contesté que vamos a ganar nosotros, obvio, que estamos pasando por un momento muy dulce, muy bueno. El sabe que se van a enfrentar al mejor River", dijo un esperanzado Teo.
Esa misma forma de ser que demostró en sus inicios en sus comienzos colombianos en Barranquilla y Júnior, luego paseó por Turquía en el Trabzonspor o en México en su efímero paso por el Cruz Azul, o que ya lo transformó en un 'viejo conocido' en Argentina con sus actuaciones tanto en Racing Club como en Lanús y River Plate.
Sus números casi que hablan por sí solo porque los 120 tantos marcados en 268 encuentros lo indican como la esperanza de triunfo para River Plate el domingo ante el tradicional rival.
El colombiano además ha encontrado en su compañero de ofensiva, el uruguayo Rodrigo Mora, una dupla letal que ensambla de forma casi perfecta con el mediocampista ofensivo Leonardo Pisculichi.
Una situación un tanto irregular transita Fernando Gago en Boca Juniors, casi como una expresión del momento inestable que vive el conjunto 'xeneize' desde el comienzo de la temporada.
El mediocampista, de comparación lejana con Fernando Redondo, no ha perdido su calidad pero las intermitencias de su juego no le permiten ser aquel jugador desequilibrante que necesita este momento de Boca.
Tras su paso por el Real Madrid y el Valencia, en España, y la Roma, en Italia, a comienzos de 2013 logró destrabar su situación para volver al fútbol argentino en Vélez Sarsfield.
Con el objetivo de garantizar su plaza mundialista en Brasil con la selección albiceleste, 'Pintita' consiguió continuidad y luego selló su regreso a Boca Juniors.
En su club de origen se reencontró con Carlos Bianchi, el técnico más exitoso de la historia pero esta vez el desenlace no fue el esperado.
Lesiones musculares y el contagio de la irregularidad propia del equipo le permitieron al mediocentro defensivo integrar la plantilla de su selección en el Mundial pero sin brillar en Boca Juniors.
Pasada la Copa del Mundo y con el subcampeonato consumado, su próximo objetivo fue consolidar su juego en los terrenos de juego de su país y liderar a Boca Juniors en su regreso a los primeros planos.
El comienzo de temporada fue zigzagueante y terminó con el alejamiento del técnico Carlos Bianchi y el desembarco de Rodolfo Arruabarrena.
"Siempre es un Superclásico. Juegue donde se juegue, siempre se vive distinto. Por la situación del país, se juega sin público visitante. Es raro, me tocó el año pasado y ganamos, ojalá pase lo mismo", se ilusionó Gago en la previa del encuentro.
La ilusión tanto de 'Pintita' como de toda la plantilla 'xeneize' es poder conseguir un triunfo en el Monumental ante River Plate que marque el comienzo de una nueva etapa.
Teófilo Gutierrez y Fernando Gago conforman las dos caras de un Superclásico que paraliza y pone expectante a todo el fútbol argentino. efe