Las autoridades brasileñas investigan el asesinato de una importante líder indígena del estado de Mato Grosso do Sul que había recibido amenazas de terratenientes locales, informó el Consejo Indigenista Misionero (CIMI).
La líder de la tribu Guarani-Kaiowá, Marinalva Manoel, de 27 años, fue encontrada muerta el pasado sábado en la localidad de Dourado y, según mostró el informe forense, recibió quince puñaladas en diferentes partes del cuerpo.
Semanas antes de su asesinato la joven había viajado a Brasilia para participar en una manifestación contra la decisión del Supremo Tribunal Federal de anular un proceso referente a la demarcación de tierra indígena Guyraroká, en el municipio de Caarapó (Mato Grosso do Sul).
Los indígenas denunciaron la relación "directamente proporcional entre la toma de decisiones que generan retrocesos a los derechos constitucionales" de sus pueblos en los tres poderes de la Nación y "el aumento de la violencia directa e indirecta practicada por los terratenientes contra los pueblos autóctonos", informó la Comisión Pastoral de la Tierra.
De acuerdo con el CIMI, uno de los principales sospechosos del crimen es el marido de Marinalva Manoel, quien, según el cacique local, tenía relación con los terratenientes locales.
La población Guarani-Kaiowá de Mato Grosso do Sul, compuesta por unas 50.000 personas, es una de las que más sufre con la violencia entre las etnias brasileñas.
Según datos del Ministerio de Salud, de los 97 homicidios de indígenas registrados en 2013, el 40 % se produjo en Mato Grosso do Sul, estado fronterizo con Bolivia y Paraguay.
La líder de la tribu Guarani-Kaiowá, Marinalva Manoel, de 27 años, fue encontrada muerta el pasado sábado en la localidad de Dourado y, según mostró el informe forense, recibió quince puñaladas en diferentes partes del cuerpo.
Semanas antes de su asesinato la joven había viajado a Brasilia para participar en una manifestación contra la decisión del Supremo Tribunal Federal de anular un proceso referente a la demarcación de tierra indígena Guyraroká, en el municipio de Caarapó (Mato Grosso do Sul).
Los indígenas denunciaron la relación "directamente proporcional entre la toma de decisiones que generan retrocesos a los derechos constitucionales" de sus pueblos en los tres poderes de la Nación y "el aumento de la violencia directa e indirecta practicada por los terratenientes contra los pueblos autóctonos", informó la Comisión Pastoral de la Tierra.
De acuerdo con el CIMI, uno de los principales sospechosos del crimen es el marido de Marinalva Manoel, quien, según el cacique local, tenía relación con los terratenientes locales.
La población Guarani-Kaiowá de Mato Grosso do Sul, compuesta por unas 50.000 personas, es una de las que más sufre con la violencia entre las etnias brasileñas.
Según datos del Ministerio de Salud, de los 97 homicidios de indígenas registrados en 2013, el 40 % se produjo en Mato Grosso do Sul, estado fronterizo con Bolivia y Paraguay.
EFE