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lunes, 24 de noviembre de 2014

Los cinco puntos clave para entender la crisis nuclear con Irán

Las grandes potencias e Irán decidieron este lunes prolongar hasta el 30 de junio de 2015 las negociaciones para buscar un acuerdo que permita que la República Islámica pueda desarrollar un programa atómico civil a la vez que se garantice que no se hará con un arsenal atómico.
1.- ¿CUÁL ES EL PROBLEMA?
Tras 18 años de actividades nucleares clandestinas (entre 1984 y 2002) en Irán, la comunidad internacional temía que ese país pudiera hacerse con armas nucleares bajo el paraguas de un programa civil. Parte de esos temores se debían a que Irán mantuvo en la clandestinidad hasta 2002 parte de sus actividades atómicas, algo que se supo por las denuncias de un grupo opositor en el exilio.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha sido incapaz de dar garantías de que las ambiciones nucleares de Teherán persigan fines exclusivamente pacíficos. La agencia nuclear de la ONU ha demandado en repetidas ocasiones a Irán más cooperación para esclarecer sus dudas.
2.- ¿POR QUÉ SE HA PROLONGADO TANTO TIEMPO EL CONFLICTO SOBRE EL PROGRAMA NUCLEAR DE IRÁN?
Las dudas sobre el programa nuclear de Irán surgieron cuando se reveló en 2002 la construcción, no declarada, de una planta de enriquecimiento de uranio subterránea en Natanz y la de un reactor de agua pesada en Arak. Ambas plantas podrán generar, una vez en marcha, combustible nuclear (uranio y plutonio). A partir de 2003, Teherán accedió a someterse a las inspecciones del OIEA, pero cuando llegó al poder en 2005 el conservador presidente Mahmud Ahmadineyad empezó una época de desencuentros y falta de colaboración.
En 2006, la Junta de Gobernadores del OIEA envió al Consejo de Seguridad de la ONU a Irán por su falta de colaboración. En los siguientes años, el Consejo de Seguridad impuso sanciones a Teherán por no detener sus trabajos de enriquecimiento de uranio. A partir de 2012, la Unión Europea y EEUU aplicaron sanciones adicionales a la economía iraní, sobre su sector financiero y petrolero. La victoria del moderado Hasan Rohaní en las elecciones presidenciales de 2013 abrió una oportunidad para buscar una salida diplomática a la disputa. El 24 de noviembre de 2013, Irán y el denominado Grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) firmaron en Ginebra un histórico acuerdo interino, en el que se basa la prolongación de las negociaciones pactada hoy en Viena.

3.- ¿QUÉ SE FIRMÓ EN ESE HISTÓRICO ACUERDO DE GINEBRA?
En Ginebra se firmó un acuerdo interino por el que Irán accedió a congelar sus trabajos de enriquecimiento de uranio por encima del 5 % y diluir sus reservas con una pureza de un 20 %. Para lograr una bomba atómica, el uranio debe de estar enriquecido al 90 %, aunque llegar al 20 % constituye más esfuerzo técnico que alcanzar luego la pureza para fines militares. A cambio, las potencias levantaron parte de sus sanciones y desbloquearon activos de la venta de petróleo por valor de más de 4.000 millones de euros.
El 20 de enero de 2014 empezó a aplicarse este pacto y ambas partes se dieron seis meses para encontrar un acuerdo definitivo que solucione el problema. El 20 de julio, en Viena, las partes decidieron ampliar el plazo de negociaciones hasta hoy, 24 de noviembre, cuando se ha decidido una nueva prórroga hasta el 30 de junio de 2015.
4.- ¿QUÉ DIFERENCIAS OBSTACULIZAN LLEGAR A UN ACUERDO?
El punto clave que ha bloqueado las negociaciones es el alcance que tendrá el programa nuclear iraní tras este acuerdo. En el centro de las discusiones está la amplitud del programa de enriquecimiento de uranio. EEUU pretende que Irán renuncie a un parte significativa de las casi 20.000 centrifugadoras que tiene instaladas ya para purificar uranio, mientras que Teherán se niega a ello. El límite a la producción de plutonio -otro material con posible uso militar- en la planta de agua pesada en Arak, cuyo cambio de diseño se está discutiendo, es otro asunto candente.
Además, persiste el desacuerdo sobre el período en el que las actividades nucleares de Irán deberían ser sometidas a controles exhaustivos, con los estadounidenses hablando de décadas y los iraníes de años. Finalmente, las partes tampoco se ponen de acuerdo sobre cómo y a qué ritmo se deberían levantar las sanciones internacionales que pesan sobre Irán.
Aparte de las dificultades técnicas que conllevan diseñar un acuerdo, EEUU tiene que hacer frente a las críticas y presiones de algunos de sus aliados, como las monarquías árabes del Golfo Pérsico, especialmente Arabia Saudí, e Israel.
5.- ¿QUÉ VA A PASAR?
Los diplomáticos implicados han venido advirtiendo de la dificultad de lograr un acuerdo definitivo debido a las grandes diferencias que separan a ambas partes. Todos los ministros que han participado en la última ronda de negociaciones han destacado que se han producido avances y que las posiciones se han acercado. En la última semana de las maratonianas negociaciones de Viena se propusieron además nuevas ideas que, por su complejidad técnica, deben de ser analizadas por expertos, según ha explicado el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius. Entre los avances que se han logrado en los últimos meses, está la aceptación de los iraníes de cambiar el diseño del planeado reactor de Arak para que produzca menos plutonio.

Algunos analistas consideran que la extensión de las negociaciones debilita a las partes implicadas. Las críticas al presidente de EEUU, Barack Obama, por parte de la oposición republicana que, a partir de enero próximo, controlará ambas Cámaras del Legislativo federal, pueden entorpecer un pacto. A su vez, la posición del presidente Hasán Rohaní en Teherán también puede debilitarse por las críticas de los "halcones" iraníes, que consideran cualquier acuerdo con Occidente una derrota.
EFE