Las autoridades sanitarias portuguesas siguen buscando el origen del brote de legionela detectado el pasado viernes en Portugal, que ha provocado un muerto y la hospitalización de más de cien personas, algunas en estado crítico.
La mayoría de los ingresados está en el hospital de la localidad de Vila Franca de Xira, a unos 30 kilómetros al este de la capital lusa.
Representantes del Ministerio de Sanidad, del de Medio Ambiente, y de la Entidad Reguladora de los Servicios de Agua y Residuos (ERAR) mantuvieron una reunión de emergencia este sábado, de más de cinco horas, para acordar medidas y recomendaciones destinadas a frenar este brote que, según reconocieron, no es normal.
Por prevención, se ha aplicado cloro en el agua de las zonas con más afectados y se ha puesto en marcha un proceso de limpieza y desinfección de los depósitos de agua.
Pueden surgir nuevos casos
Los focos principales de contagio son las redes de distribución de agua de los edificios; los respiradores y humidificadores que en los hospitales se reutilizan con los pacientes, y las torres de refrigeración y sistemas de aire acondicionado.
De acuerdo con el director general de Sanidad luso, Francisco George, hay que evitar "las duchas, los jacuzzis y los hidromasajes" públicos, mientras no se descubra la fuente del problema.
También deben ser desinfectados con lejía los grifos de las duchas y el agua de los calentadores debe estar regulada en una temperatura superior a los 75 grados.
Los médicos de la red de salud púbica reconocen que es posible que surjan nuevos casos en las próximas horas y días, ya que el periodo de incubación es de entre dos y diez días. (efe)