Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de China, Xi Jinping, celebraron este domingo un encuentro en Pekín, en los márgenes del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), tras el que Moscú y Pekín firmaron varios acuerdos para una mayor colaboración energética y comercial que afianza su buen momento de relaciones.
Xi y Putin presidieron la firma de 17 acuerdos, cuyos detalles apenas
trascendieron, aunque síse destacó entre ellos un memorando de entendimiento para negociar exportaciones de gas ruso a través de un gasoducto por la llamada "ruta occidental", que complementaría el histórico acuerdo logrado por ambos países el pasado 21 de mayo.
Aquel acuerdo, también de exportación de gas pero a través de un gasoducto de "ruta oriental", fue logrado por Putin durante un viaje oficial a China y en uno de los momentos de mayor aislamiento internacional de Moscú, debido a la crisis ucraniana, que entonces se encontraba en su apogeo.
El gigante gasístico ruso Gazprom y la mayor firma china de hidrocarburos, CNPC, vendía de este modo a una China cada vez más necesitada de energía 38.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural en los siguientes 30 años, al precio de 400.000 millones de dólares.
La "ruta oriental" comenzó a construirse el pasado mes de agosto en el este de Siberia, para llegar a las principales refinerías chinas del noreste, aunque Pekín también estaba interesada en un gasoducto más occidental para otras regiones del país.
Ambas partes aludieron este domingo, como tras los acuerdos de mayo, a que la situación internacional no hace mella en la tradicional amistad de Pekín y Moscú, señalando que "sin importar los cambios en la situación internacional", mantendrán "la línea marcada" y expandirán una "cooperación mutuamente ventajosa".
Xi y Putin también analizaron posibles acuerdos futuros para que el yuan, la moneda china, sea utilizado en las transacciones entre ambos países, como parte del creciente proceso de internacionalización de esa divisa, que quiere alcanzar el estatus de otras como el dólar o el euro.
Todo ello con la meta de lograr un intercambio bilateral de 100.000 millones de dólares anuales, un objetivo que según Putin se conseguirá en 2015, como señaló en octubre pasado en un encuentro en Moscú con el primer ministro chino Li Keqiang.
Antes de la reunión de Putin y Xi, sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov y Wang Yi, también celebraron un encuentro, en el que debatieron asuntos internacionales, entre ellos las crisis nucleares en Irán y Corea del Norte, según destacó la agencia oficial china Xinhua.
Wang subrayó que la asistencia de Putin al foro anual APEC, del que Rusia fue anfitrión en 2012, "dará ímpetu a la relación bilateral".
Lavrov señaló por su parte que Rusia desea "promover su coordinación y cooperación con China en asuntos internacionales y regionales, además de fortalecer la colaboración en plataformas como las Naciones Unidas, la Organización de Cooperación de Shanghai y el APEC".
China y Rusia, dos países que además forman junto a Brasil, India y Sudáfrica un nuevo actor multilateral, el bloque de países emergentes BRICS, han mostrado en los últimos años enorme sintonía en las más espinosas cuestiones internacionales.
Pekín se mostró neutral ante la cuestión de Crimea, y antes de ello los gobiernos chino y ruso ejercieron varias veces el derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la hora de decidir sanciones contra el régimen sirio de Bachar al Asad.
Putin, Xi y otros líderes del Asia-Pacífico, como el presidente estadounidense Barack Obama, el mexicano Enrique Peña Nieto o el peruano Ollanta Humala, celebran los días 10 y 11 de noviembre una cumbre que los anfitriones chinos desean centrar este año en avanzar hacia una zona de libre comercio regional.
La iniciativa no acaba de encajar del todo con la que en la costa americana del océano abanderan los Estados Unidos, el Acuerdo de Libre Comercio Transpacífico, aunque China espera con esta cumbre mostrar que ambas iniciativas pueden complementarse.
EFE
Xi y Putin presidieron la firma de 17 acuerdos, cuyos detalles apenas
Aquel acuerdo, también de exportación de gas pero a través de un gasoducto de "ruta oriental", fue logrado por Putin durante un viaje oficial a China y en uno de los momentos de mayor aislamiento internacional de Moscú, debido a la crisis ucraniana, que entonces se encontraba en su apogeo.
El gigante gasístico ruso Gazprom y la mayor firma china de hidrocarburos, CNPC, vendía de este modo a una China cada vez más necesitada de energía 38.000 millones de metros cúbicos anuales de gas natural en los siguientes 30 años, al precio de 400.000 millones de dólares.
La "ruta oriental" comenzó a construirse el pasado mes de agosto en el este de Siberia, para llegar a las principales refinerías chinas del noreste, aunque Pekín también estaba interesada en un gasoducto más occidental para otras regiones del país.
Ambas partes aludieron este domingo, como tras los acuerdos de mayo, a que la situación internacional no hace mella en la tradicional amistad de Pekín y Moscú, señalando que "sin importar los cambios en la situación internacional", mantendrán "la línea marcada" y expandirán una "cooperación mutuamente ventajosa".
Xi y Putin también analizaron posibles acuerdos futuros para que el yuan, la moneda china, sea utilizado en las transacciones entre ambos países, como parte del creciente proceso de internacionalización de esa divisa, que quiere alcanzar el estatus de otras como el dólar o el euro.
Todo ello con la meta de lograr un intercambio bilateral de 100.000 millones de dólares anuales, un objetivo que según Putin se conseguirá en 2015, como señaló en octubre pasado en un encuentro en Moscú con el primer ministro chino Li Keqiang.
Antes de la reunión de Putin y Xi, sus respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov y Wang Yi, también celebraron un encuentro, en el que debatieron asuntos internacionales, entre ellos las crisis nucleares en Irán y Corea del Norte, según destacó la agencia oficial china Xinhua.
Wang subrayó que la asistencia de Putin al foro anual APEC, del que Rusia fue anfitrión en 2012, "dará ímpetu a la relación bilateral".
Lavrov señaló por su parte que Rusia desea "promover su coordinación y cooperación con China en asuntos internacionales y regionales, además de fortalecer la colaboración en plataformas como las Naciones Unidas, la Organización de Cooperación de Shanghai y el APEC".
China y Rusia, dos países que además forman junto a Brasil, India y Sudáfrica un nuevo actor multilateral, el bloque de países emergentes BRICS, han mostrado en los últimos años enorme sintonía en las más espinosas cuestiones internacionales.
Pekín se mostró neutral ante la cuestión de Crimea, y antes de ello los gobiernos chino y ruso ejercieron varias veces el derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a la hora de decidir sanciones contra el régimen sirio de Bachar al Asad.
Putin, Xi y otros líderes del Asia-Pacífico, como el presidente estadounidense Barack Obama, el mexicano Enrique Peña Nieto o el peruano Ollanta Humala, celebran los días 10 y 11 de noviembre una cumbre que los anfitriones chinos desean centrar este año en avanzar hacia una zona de libre comercio regional.
La iniciativa no acaba de encajar del todo con la que en la costa americana del océano abanderan los Estados Unidos, el Acuerdo de Libre Comercio Transpacífico, aunque China espera con esta cumbre mostrar que ambas iniciativas pueden complementarse.