El crecimiento económico de Estados Unidos se desaceleró con fuerza en el cuarto trimestre, ya que un débil gasto empresarial y un déficit comercial mayor contrarrestaron el más intenso ritmo del gasto del consumidor desde el 2006.
La desaceleración de la economía ocurre tras dos trimestres consecutivos de fuerte crecimiento y podría tener corta vida debido a los vientos a favor que dejan los menores precios de la gasolina.
Otros datos del viernes mostraron que la confianza del consumidor estadounidense trepó en enero a máximos en 11 años.
"Vemos que el fuerte consumo doméstico sigue respaldando el impulso al crecimiento en los próximos meses, pese a que la inversión sufre por la caída de los precios del petróleo", dijo Gennadiy Goldberg, un economista de TD Securities en Nueva York.
El Producto Interno Bruto de Estados Unidos creció a un ritmo anual del 2,6 por ciento tras la formidable tasa registrada en el tercer trimestre del 5 por ciento, dijo el viernes el Departamento de Comercio en su primera estimación del PIB en los últimos tres meses del 2014.
Economistas consultados por Reuters esperaban que la economía estadounidense se expandiera a un ritmo del 3 por ciento en el cuarto trimestre.
La mayoría de economistas considera que los fundamentos económicos de Estados Unidos son lo bastante fuertes como para soportar un impacto negativo de las debilitadas economías extranjeras.
Incluso con la moderación registrada en el cuarto trimestre, el crecimiento se mantuvo por encima del ritmo del 2,5 por ciento, que es considerado como el potencial de la economía.
Las acciones estadounidenses bajaron tras el informe del PIB mientras que los precios de los bonos del Tesoro subieron. El dólar se mantuvo virtualmente sin cambios frente a una cesta de monedas.
En todo el 2014, la economía creció un 2,4 por ciento frente al 2,2 por ciento del 2013. El informe se conoció dos días después de que la Reserva Federal dijo que la economía se expandía a un "ritmo sólido", una mejor evaluación que deja al banco central en ruta a subir las tasas este año.
El banco central estadounidense mantiene su tasa clave de interés en cerca de cero desde diciembre del 2008 y la mayoría de los economistas espera que comience a subirlas a mediados de este año.
El gasto del consumidor, que representa más de dos tercios de la actividad económica, creció a un ritmo de 4,3 por ciento en el cuarto trimestre, el mayor avance desde el primer trimestre del 2006 y un alza frente al ritmo del tercer trimestre de 3,2 por ciento.
Precios más bajos de la gasolina -han caído un 43 por ciento desde junio según datos del Gobierno- y un fortalecimiento del mercado laboral han encendido un repunte del optimismo entre las familias. El índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan subió a 98,1 este mes, la mejor lectura del dato desde enero del 2004, frente a la cifra de diciembre de 93,6.
"El nivel de la confianza del consumidor respalda nuestra visión de que el gasto del consumidor comenzará el año a paso firme después que la caída de los precios de la energía ensanchó las billeteras de los estadounidenses", dijo Bricklin Dwyer, economista de BNP Paribas en Nueva York.
DÉBIL INFLACIÓN
Un informe separado del Departamento de Trabajo mostró que los costos laborales crecieron de manera estable en el cuarto trimestre, pero se mantuvieron muy alejados de los niveles que podrían acercar la inflación a la meta de la Fed del 2 por ciento.
Las presiones inflacionarias estuvieron apagadas en el cuarto trimestre. El índice que mide el gasto del consumo personal cayó a una tasa de 0,5 por ciento, la lectura más débil desde el primer trimestre del 2009. Excluyendo alimentos y energía, los precios subieron un 1,1 por ciento, la tasa más baja desde el segundo trimestre del 2013.
"Con una inflación que podría permanecer débil en el 2015, una Fed paciente probablemente espere hasta septiembre para comenzar un lento y constante ciclo de endurecimiento monetario", dijo Michelle Meyer, economista de Bank of America Merrill Lynch en Nueva York.
El fuerte ritmo del gasto del consumidor en el cuarto trimestre, no obstante, fue ensombrecido por una caída en el gasto de capital. El gasto de las empresas en equipos cayó a una tasa de 1,9 por ciento. Fue la mayor contracción desde el segundo trimestre del 2009.
El gasto de las empresas en equipo había avanzado a una tasa del 11 por ciento en el tercer trimestre. La debilidad observada en el cuarto trimestre podría reflejar los recortes o demoras en lanzar proyectos de inversión por parte de compañías de la industria petrolera. Pero también podrían ser las consecuencias luego de dos trimestres consecutivos de fuertes ganancias.