(Madrid, 16 de febrero. AFP).- El terrorismo islamista no ha hecho más que empezar, ya queahora tiene unas dimensiones especialmente graves, considera el fiscal español Javier Zaragoza, experto en yihadismo, que teme particularmente una convergencia de Al Qaeda y el grupo Estado Islámico.
“El terrorismo yihadista acaba de empezar, porque, aunque empezó hace muchos años, ahora ha adquirido una especial virulencia. Es un fenómeno que está en continua expansión y posiblemente tengan que pasar muchos años” para revertir la tendencia, declaró el lunes en una entrevista con la AFP Zaragoza, que fue el fiscal del juicio contra los autores de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, los más mortíferos de Europa, con 191 muertos.
Esta progresión es consecuencia principalmente de la expansión del grupo Estado Islámico, precisa el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española.
Por ahora, el grupo Estado Islámico y Al Qaida, nacida a finales de los años 1990, “utilizan caminos distintos y es posible que hasta complementarios. Temo mucho que tarde o temprano se produzca una estrategia de asociación entre Estado Islámico y Al Qaida”, subraya este fiscal que supervisa los casos de terroristas islamistas en España, donde están encarcelados una sesentena de presuntos yihadistas.
“La estrategia de Al Qaida es cometer acciones en los territorios y en los países occidentales con células durmientes, lobos solitarios, etc, pero aquí claro se ha unido otra estrategia terroristamás peligrosa a medio y largo plazo que es la del Estado Islámico“, explica.
El Estado Islámico, fundado por una antigua facción de Al Qaida en Irak, se ha hecho con el control de territorios en Irak y Siria y tiene 40.000 o 50.000 combatientes, así como una estructura de poder propia, subraya el fiscal.
La financiación también ha evolucionado desde los inicios de Al Qaida. “La financiación son los propios recursos económicos y energéticos que tienen en ese lugar” y podrían crecer si las conquistas van más allá de Irak y Siria, especialmente en Libia que “es un país productor de petróleo, si el día de mañana cae en manos de una organización terrorista, pues evidentemente van a tener posibilidades de financiarse sin ningún problema”.
“Hay que evitar que avance para que antiguos Estados se conviertan en Estados terroristas. Si eso sucede, confirmaría mi teoría” sobre la emergencia de un problema a largo plazo, insiste Zaragoza, de 59 años.
‘Impresionante’ estrategia mediática
En España, se estima que un centenar de islamistas muy radicalizados han partido a zonas de guerra, de los que una treintena seguirían fuera, otros treinta habrían muerto y al menos una veintena han vuelto, dice.
Todos se encuentran encarcelados y vigilados de cerca para impedir que adoctrinen a presos comunes como fue el caso de los autores de los atentados de París que causaron 17 muertos entre el 7 y el 9 de enero. En torno a 120 presos comunes están más expuestos, según él.
Y los que vuelven, que podrían ser más numerosos teniendo en cuenta la expansión del EI, son irrecuperables, según él.
“Tienen una preparación psicológica enorme. Han sido muy radicalizados y muy adoctrinados. Estamos hablando de individuos que es imposible recuperarlos otra vez para una vida en sociedad”, dice Zaragoza, subrayando que las técnicas de captación, incluidas en las usadas en internet, son similares a las de las sectas.
Internet “es díficil de controlar. Mucho más difícil” que hace 20 años, dice el fiscal.
“Ahora no hay tanto ruido” en internet, como ocurría justo antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, lo que había alertado a los servicios de inteligencia.
“Lo que hay es más comunicaciones. La estrategia mediática es espectacular. Eso te genera un efecto llamada impresionante”. Además, internet “se utiliza ya absolutamente para todo, para financiar actividades terroristas, de propaganda, de proselitismo, para instruirse en técnicas de empleo de armas y explosivos”, dice este experto.
Sobre todo, estas acciones tienen un “impacto social enorme”.
Aunque otros fenómenos causan más muertos como los accidentes de circulación, esas acciones “aunque sean puntuales o aisladas” como la de Copenhague -dos muertos y cinco heridos en dos ataques contra un lugar donde se celebraba una conferencia y una sinagoga el sábado y el domingo-, “genera un temor y una inseguridad tremendos”.
“Con el terrorismo yihadista, la sensación de amenaza es muy fuerte”, afirma, aunque insiste en la necesidad de respetar “las reglas del juego democrático” para combatirlo y evitar “situaciones de apartheid” vividas en algunos suburbios franceses.