Las causas del accidente de Fernando Alonso siguen siendo un misterio para todos y la versión oficial de McLaren cada vez resulta menos creíble conforme se van filtrado detalles sobre el mismo.
Hay dos aspectos diferentes: el desencadenante y las secuelas. En ambos casos hay puntos oscuros, sobre todo en el primero de ellos.
Las explicaciones ofrecidas por Ron Dennis sobre la dinámica del accidente parecían tener sobre todo un objetivo, exculpar al equipo y mostrar la posibilidad de que Fernando pisara el astroturf y daba como determinante la acción del viento. Una explicación que no ha sentado bien en el entorno del asturiano. Luis García Abad precisamente señaló una entrada súbita de tracción ayudada por el viento como causa desencadenante del incidente.
Está claro que Fernando Alonso no pisó el astroturf, sino que transitaba prácticamente en medio de la pista cuando perdió el control del coche. Y la teoría del golpe de viento parece diluirse ante otras evidencias. En aquel momento el viento había amainado bastante. El fotógrafo que tomó las imágenes, Jordi Vidal, ha explicado que fue a ese lugar casi inusual simplemente porque era uno de los lugares donde el aire molestaba menos. Y Sebastian Vettel, que iba detrás de Fernando, no notó ninguna ráfaga especial.
Es más, Fernando Alonso estaba levantando pie. Si Vettel estimó que la velocidad del McLaren debería ser unos 150 km/h, los primeros datos que otros equipos han obtenido estudiando las posiciones del GPS, estiman que no debía superar los 135 km/h, velocidad ridícula para perder el control en un punto donde se transita normalmente al doble de velocidad.
¿Se rompió algo en el coche? ¿Le paso algo a Fernando?. Si el impacto fue a sólo 105 km/h y lateral, ¿cómo se explican los daños sufridos por el piloto?. La deceleración de 30,5 G sufrida parece muy alta para este impacto dados los pocos daños sufridos por el coche. ¿Pudo el Hans haber actuado como 'agravante' de este impacto particular?
Los dos supuestos anteriores han sido desmentidos por los interesados. McLaren y el manager de Fernando siempre han dicho que no se rompió nada y que los datos de telemetría señalan que el asturiano estuvo manejando hasta el primer impacto: moviendo el volante, frenando y reduciendo marcha.
Pero ni McLaren ni Fernando Alonso ofrecen los datos que a todos les gustaría saber. La velocidades y fuerza real del impacto, de una parte, datos reales puesto que incluso el asturiano llevaba en sus orejas los 'decelerómetros' que la FIA desea imponer lo antes posible, a lo más tardar en 2016. De otra, la ausencia de un parte médico oficial, algo que no es público porque el piloto o su entorno no han autorizado su publicación.
Precisamente la Federación ha abierto una investigación sobre las secuelas del accidente. Quiere saber si los daños sufridos por el piloto se debieron a que el coche, por el golpe peculiar, no absorbió energía alguna, si la cabeza del piloto pudo sufrir impacto contra los laterales del habitáculo o si el Hans, en este tipo de golpe puntual, pudo ser contraindicado. Todo ello para, si es necesario, poder tomar medidas de protección en el futuro.
En cualquier caso ahora todos están pendientes del chequeo que pasará Fernando en los proximos días -martes o mércoles posiblemente- para que los médicos comprueben su estado físico y le den 'luz verde' para viajar a Australia y disputar el primer Gran Premio. Tradicionalmente Alonso viaja a Australia el fin de semana anterior al GP con objeto de asimilar perfectamente el 'jet lag' y dar los últimos toques a su preparación física.
Una luz verde que será sólo provisional porque serán los médicos de la FIA quienes el jueves antes del Gran Premio efectúen el examen definitivo al asturiano
MD