(Buenos Aires, 9 abril. EFE).- El Gobierno argentino convocó hoy al embajador británico, John Freeman, para exigirle explicaciones por supuestas acciones de espionaje contra el paísrelacionadas con la disputa sobre las islas Malvinas y anticiparle que denunciarán a empresas petroleras por “exploración ilegal” en el archipiélago.
A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina informó de la citación al embajador británico, que se produjo después de que la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, fuera citada al Foreign Office (cancillería).
El vicecanciller Eduardo Zuain convocó a Freeman por un supuesto plan de espionaje británico a Argentina revelado por el exanalista de la CIA Edward Snowden la semana pasada.
Según los documentos filtrados a los medios por Snowden, la inteligencia británica planeó la “Operación Quito”, que presuntamente incluía el espionaje de telecomunicaciones y la intervención en las redes sociales para moldear la opinión pública respecto a la soberanía de las islas.
“La vigilancia y la interceptación ilícitas o arbitrarias de las comunicaciones, así como la recopilación ilícita o arbitraria de datos personales, al constituir actos de intrusión grave, violan los derechos a la privacidad y a la libertad de expresión y pueden ser contrarios a los preceptos de una sociedad democrática”, dijo la Cancillería.
Zuain protestó también por el aumento del gasto militar británico en Malvinas, anunciado el mes pasado por el secretario de Defensa de Reino Unido, Michael Fallon, y reiteró la apuesta de Argentina por el diálogo y la negociación “para poner fin a esta situación colonial anacrónica”.
Además, el funcionario argentino comunicó a Freeman que la Cancillería presentará hoy una denuncia penal “contra las empresas que llevan adelante actividades de exploración de hidrocarburos en la plataforma continental argentina”.
En el comunicado califican los trabajos de las empresas petroleras como “exploración ilegal” al alegar que violan la legislación argentina y resoluciones de Naciones Unidas que instan a ambos países “a no introducir modificaciones unilaterales en la situación mientras se encuentre pendiente la solución de la controversia” sobre la soberanía del archipiélago.
Argentina reclama la soberanía del archipiélago del Atlántico Sur, que esta bajo control británico desde 1833, y se enfrentó al Reino Unido en una guerra por ese motivo en 1982, en la cual murieron 900 personas, en su mayoría combatientes de las tropas argentinas que desembarcaron en las islas.
El Gobierno británico rechaza negociar la soberanía de las Malvinas con el argumento de que la decisión corresponde a los isleños, los cuales se pronunciaron en 2013 a favor de seguir siendo británicos en un referéndum no reconocido internacionalmente.