Uno de los 28 supervivientes rescatados en el Mediterráneo, en el naufragio de un barco pesquero a 70 millas de las costas de Libia, ha relatado este lunes a la prensa que en la embarcación "iban 950 personas, de ellas, entre 40 y 50 niños y cerca de 200 mujeres", según informa la agencia Efe. El hundimiento se registró durante la noche del sábado al domingo y las primeras informaciones hablaban de 700 inmigrantes a bordo. Hasta el momento, además de los 28 supervivientes, se han podido rescatar 24 cadáveres.
Alrededor de las 8.00 de la mañana de este lunes llegaba el barcoGregoretti a las costas de Malta con los cuerpos encontrados. Los supervivientes arribarán en las próximas horas a Catania. "Hoy sabemos más acerca de cómo viajaban, quiénes iban y que sin duda había muchísimas mujeres y niños en el barco", ha declarado la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) Carlotta Sami, citada en el periódico italianoLa Repubblica.
Este mismo lunes se han comenzado a dar las primeras respuestas ante la tragedia migratoria. En Italia, la policía ha desarticulado una célula de tráfico de personas que trasladaba a inmigrantes desde las costas africanas rumbo a Europa. Los miembros de la banda están acusados de asociación ilícita y de favorecer la inmigración ilegal.Mientras tanto, 17 medios de rescate trabajan en el área en la que naufragó el barco en un intento de rescatar a algún superviviente más, aunque las esperanzas son mínimas, como ya adelantó este domingo el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
La Unión Europea ha acelerado también su reacción y, además de la reunión de ministros de Exteriores prevista para este lunes, celebrará esta misma tarde una reunión monográfica sobre inmigración de ministros de Exteriores e Interior de la Unión Europea. El encuentro ya había sido anunciado, aunque sin fecha, el pasado lunes en Barcelona por la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Además, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, consulta ya con los países sobre una posible cumbre extraordinaria que este domingo reclamaron Renzi y el presidente español, Mariano Rajoy
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