Lorenzo Córdova (Ciudad de México, 1972) vive sobre la caja de los truenos. Desde la presidencia del Instituto Nacional Electoral de México tiene que hacer frente a los embates del crimen organizado, la corrupción y el fraude. No es un desafío menor. Solo en Guerrero y Michoacán han sido asesinados en las últimas semanas cuatro candidatos a las elecciones intermedias del 7 de junio. Córdova, una figura emergente en el escenario mexicano, se define de izquierdas y niega tener ambiciones políticas
Pregunta. ¿Es posible desarrollar elecciones en estados como Guerrero, donde se vive una escalada de violencia y se asesinan candidatos?
Respuesta. La presencia del crimen organizado hace que, en algunas zonas del país, la violencia gravite en la vida cotidiana. Pero no es la primera vez que esto ocurre. En los últimos cinco años, las elecciones federales y estatales han tenido que lidiar con la inseguridad. Y lo hemos sorteado con éxito y hemos cumplido con el mandato constitucional de instalar las casillas.
P. Pero no me refiero al proceso formal, sino al elector. ¿Realmente un votante en Chilapa (Guerrero) tiene garantizada la tranquilidad democrática?
R. Hay zonas en el país donde el clima de violencia es inhibitorio para el voto. Pero no es solo la violencia. Hay otros grandes problemas nacionales que inciden en el ámbito el electoral.
P. ¿Por ejemplo?
P. ¿En qué caso no se cumplirían las condiciones para celebrar elecciones?R. La pobreza: tenemos 54 millones de pobres en un país con 120 millones de habitantes. La desigualdad: somos junto con Brasil el país más desigual de Latinoamérica, que es la región más desigual de mundo. La impunidad, la corrupción, una cultura política erosionada… Todo esto impacta y crea un medio ambiente adverso.
R. Que no haya condiciones para instalar las casillas o que esté en riesgo la integridad física de los electores. Pero en ningún lado ocurre esto, a pesar de que hay zonas complicadas, como Guerrero, Michoacán o Oaxaca.
P. ¿Tiene el INE las herramientas para impedir que el narco meta dinero en las campañas?
R. El INE no puede impedir eso, es una tarea del Estado. Hemos construido un sistema donde los partidos tienen que reportar en tiempo real sus ingresos y gastos. Es una herramienta que alerta cuando detectamos alguna transferencia a una campaña que proviene de una cuenta boletinada.
P. ¿Hay fraude todavía en el sistema electoral mexicano?
R. Es prácticamente imposible manipular las cifras porque durante dos décadas hemos construido mecanismos para blindarnos. La maquinaria funciona.
P. ¿Y el paso anterior? ¿Hay voto comprado? ¿Acarreado? ¿Clientelar?
R. Sin duda. Y mientras tengamos índices tan altos de pobreza, tendremos un contexto adverso. Pero no me atrevería a decir que sea determinante, porque hay muchos controles.
R. Los partidos siempre juegan al límite. Y esto provoca que haya formaciones que hayan sido sancionadas, como el Partido Verde, que ha recibido la tercera multa más alta en la historia mexicana.P. ¿Y los partidos cumplen?
P. Pero en el caso del Partido Verde, la sensación es de que basta con pagar la multa para seguir jugando sucio. ¿No habría sido más útil quitarles el registro electoral?
R. El miércoles se trata una propuesta de sanción de 110 millones de pesos; de prosperar implicaría que en los últimos cuatro meses llevarían 650 millones acumulados en multas. Es el equivalente a dos años de financiación pública. Poca cosa no es. El PAN ha pedido cancelarles por la sistematicidad y gravedad de las faltas cometidas.
P. Pero usted que se dice árbitro, ya ha sacado las tarjetas amarillas. ¿Habrá tarjeta roja?
R. La roja es posible aunque es la muerte para un partido político. Estamos hablando de una sanción completamente radical que es viable, pero tenemos que ser muy cuidadosos. Los ejemplos en el mundo son excepcionales, Herri Batasuna en España o el Frente Islámico de Salvación en Argelia.
P. ¿Qué es lo peor del sistema político mexicano?
R. Yo diría que hemos pecado de sobre interpretación y sobre regulación producto de la desconfianza y de querer meter en la norma todos los candados posibles.
P. ¿Ha recibido presiones de algún gobernador?
R. El órgano electoral está sometido permanentemente a presiones de los partidos, de los gobiernos, de los medios de comunicación. El problema no es si las hay, sino cómo se reacciona ante ellas. Creo que esos son los momentos donde la autonomía se construye.
P. ¿Confía el mexicano medio en el INE?
R. La credibilidad es indispensable para que haya confianza en los resultados electorales. No ayuda mucho la falta de compromiso democrático de los actores políticos. Pero no estamos tan mal, somos de los que mayor credibilidad pública tiene, aunque seguimos lejos de lo óptimo.