(Territorios Palestinos, AFP).-Todos los vibradores que vende Natan Alexander, ya sean inspirados en la Torre Eiffel, la estatua de la Libertad o el Coliseo romano, tienen el mismo objetivo: contribuir al placer de las parejas judías pero con la garantía moral que confiere un rabino ortodoxo israelí.
“Hay que ayudar a las parejas religiosas a vivir mejor su sexualidad” explica a la AFP Natan Alexander, de 34 años, residente en el bloque de colonias de Gush Etzion, en Cisjordania ocupada.
Alexander, nacido en Sidney en el seno de una familia judía no practicante, se hizo religioso bastante joven, y realizó estudios talmúdicos en Israel que le permitieron obtener un diploma rabínico. En 2014 se lanzó a la venta de ‘sex-toys’ destinados al público religioso.
Su sitio bebetter2gether.com (“vivir mejor juntos”) distribuye vibradores, bolas de “geisha”, objetos fálicos y lubrificantes en Israel, pero también en Estados Unidos, Gran Bretaña, Sudáfrica y Australia.
El sitio registra unas 20.000 consultas por mes, y cinco pedidos diarios en promedio, indica el rabino.
“Otorgar placer a su mujer es una obligación religiosa y la utilización de vibradores puede ayudar a una pareja a tener una mejor sexualidad” afirma. No duda en calificar sus productos como kósher, en la acepción usual de esta palabra, referida a lo que la ley judía no prohíbe.
“La ley judía autoriza la utilización de estos objetos que pueden permitir cumplir el mandamiento de dar placer a su mujer” explica el rabino.
Igual que la alimentación, o la forma de vestir, la sexualidad y las relaciones entre sexos están codificados en la ley religiosa judía, que detalla las prácticas sexuales entre hombre y mujer casados, y define lo que está permitido o no.
Según la ley religiosa denominada Halajá, una mujer puede pedir el divorcio alegando que no recibe satisfacción sexual de su marido.
“Un tema tabú”
Natan Alexander afirma sin vacilar que su sitio es una “forma de santificar el nombre divino”.
Sus productos, clasificados por categorías, son los mismos que se encuentran en cualquier sex-shop o en otros sitios de venta por internet. Pero el rabino se asegura de que no aparezcan imágenes indecentes, en el sitio o en los envoltorios.
El sitio responde también a las preguntas que las parejas no se atreven a plantear a sus rabinos, sobre la eyaculación precoz, el tamaño del sexo masculino o el orgasmo. Sexólogos, consejeros o ginecólogos responden en un lenguaje que respeta las reglas de la vida religiosa y con la esperanza –dice Natan Alexander – de cambiar las mentalidades.
Este rabino no es el primer religioso judío en preocuparse por la vida sexual de sus correligionarios.
El rabino ortodoxo Shmuley Boteach obtuvo un notable éxito con su libro “Kosher Sex” en 1999 y su continuación en 2009. “Hoy se quiere a las mujeres, pero no se las desea, se les hace cumplidos, pero no se les arranca la ropa” decía en un video para la promoción de un nuevo libro en 2014, “Kosher Lust” (“el deseo kósher”).
“El judaísmo otorga un importante lugar al placer sexual, pero aún sigue siendo a menudo un tema tabú” se lamenta Natan Alexander. “Estoy orgulloso de ser un pionero en este tema”, añade.