Miguel Herrera fue destituido como entrenador de la selección de México por agredir a un periodista y ahora tiene un problema mucho peor.
El técnico usó su cuenta personal de Twitter para emitir mensajes políticos en plena jornada electoral en el país azteca y podría ir a la cárcel, si es que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales lo encuentre culpable de favorecer a uno de los partidos participantes en la votación.
A los que cometen esto se les imponen sanciones económicas o un castigo de seis meses a tres años de prisión. Pero si recibió algún soborno para favorecer algún candidato o partido podría alcanzar una pena hasta los 15 años de prisión. Miguel Herrera tiene un grave problema.