La trampa de Volkswagen en Estados Unidos para sortear los controles de emisión de gases de sus motores diésel aconseja una investigación europea. Así lo considera el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, que esta mañana, ante los micrófonos deEurope 1 ha expresado la necesidad de acometer el análisis. “Hay que hacerlo a nivel europeo porque estamos en un mercado europeo con reglas europeas que hay que respetar”, ha precisado.
Sapin no circunscribe la investigación al constructor alemán de automóviles, sino que cree oportuno extenderla a toda la industria europea, incluida la francesa. “No tengo ninguna razón particular para pensar que los constructores franceses hayan tenido el mismo comportamiento que Volkswagen, pero me parece necesario para asegurar a unos y otros”.
Para Sapin, el escándalo es un asunto a tomar muy en serio. “Estamos hablando de contaminación”, ha dicho en la entrevista radiofónica. “De contaminación que envenena a la gente. Es legítimo penalizar si es necesario y de asegurar en todo caso”.Volkswagen es el mayor constructor de automóviles del mundo, junto con Toyota. La marca ha admitido el engaño: un programa informático que impedía medir correctamente el auténtico nivel de emisión de sus motores diésel, cuarenta veces superior a lo permitido en el mercado americano. La industria automovilística francesa es uno de los puntales de la economía de este país, con marcas tan importantes como PSA Peugeot Citroën y Renault y uno de los más altos niveles de uso de diésel. “Este escándalo daña a todos los constructores”, ha declarado esta mañana a Le Figaro una fuente del sector. EL PAIS