Aunque los científicos sostenían casi unánimemente que los dinosaurios se extinguieron por el impacto de un gran asteroide sobre la Tierra hace 66 millones de años, un nuevo estudio publicado hoy revela que el choque aumentó la actividad volcánica y la combinación de ambos fenómenos acabó con ellos.
Las nuevas mediciones de la actividad volcánica en ese periodo, el Cretácico, que pueden ser las más precisas hasta la fecha, indican un fortísimo aumento en la tasa de erupción de los volcanes de la meseta de Decán (India), donde se ha realizado el estudio, durante los 50.000 años posteriores al impacto.
Tras el meteorito, las erupciones volcánicas ocurrían con menor frecuencia, pero cuando tenían lugar lo hacían de una manera más virulenta y expulsando mucha más lava que hasta entonces.
Según el estudio, cerca del 70 por ciento del volumen total de magma acumulado en la meseta del Decán fue expulsado en erupciones masivas.
Bajo la dirección de Paul Renne, profesor de la Universidad de Berkeley (California) y director de su Centro de Geocronología, la investigación considera que estas nuevas mediciones demuestran que los flujos de lava de la gran cadena volcánica del Decán funcionaban a un ritmo más lento antes del impacto.
La combinación del impacto del meteorito y el incremento de la actividad volcánica intoxicaron el aire y los ecosistemas, llenando el planeta de sustancias nocivas que provocaron la desaparición de numerosas especies.
"Basándonos en nuestras fechas de actividad volcánica, podemos estar bastante seguros de que los dos acontecimientos (el meteorito y las erupciones) provocaron la extinción masiva", explicó Renne con motivo de la publicación del estudio.
"Es casi imposible atribuir -agregó- los efectos atmosféricos a uno u otro. Los dos sucedieron al mismo tiempo".
EFE