Las relaciones de pareja no escapan a las discusiones y a los momentos de tensión, por eso es importante que de ambos lados reconozcan hasta qué punto pueden decir algunas cosas, y cuál es la delgada línea que puede hacer que la convivencia sea insostenible.
Por ejemplo, nunca debes decir “jamás me escuchas”, sostiene la psicóloga Andra Brosh de Los Ángeles, California, porque de esa forma no se permite que la discusión termine en buenos términos, sino que se cierran las posibilidades de diálogo
“No soy feliz…quiero el divorcio” es otra de las frases que deben evitarse, más aún si no se tiene la seguridad de que llegó el fin de la relación. “Frases como esta debilitan las bases de la relación. Crea incertidumbre e inseguridades”, señala la psicóloga Anne Crowley, de Texas, quien recomienda una terapia en pareja.