Lo que reclaman los afectados por las cláusulas suelo es lo pagado de más durante los últimos seis años, cuando entraron en vigor al caer los tipos por debajo del 3%. La petición media llega a unos 7.000 euros y como se calcula que hay 2,5 millones de hipotecas con estas condiciones, hay 17.500 millones en juego. Si se le añaden las 700.000 hipotecas de BBVA, Cajamar y Abanca, que tendrán que devolver unos 3.000 euros de media (porque ya han reintegrado lo cobrado desde mayo de 2013), se suman 2.100 millones más; casi 20.000 millones en total.
El Supremo conocía el golpe económico de su sentencia. Por eso, sólo exigió devolver lo cobrado de más desde el 9 de mayo de 2013, sin retroactividad. Dijo que quería evitar “trastornos graves con trascendencia en el orden público económico”. Es decir, el Supremo creía que algunas entidades podían entrar en serias dificultades si aplicaba la retroactividad. Si el sector pagara desde el 9 de mayo, la factura es de 10.000 millones, es decir, la mitad. Eso es lo que está en juego.
La posible retroactividad de las cláusulas suelo afectaría más, según diferentes informes de analistas, a Unicaja, Liberbank, Ibercaja, BMN, Sabadell y Popular, aunque éstos dos últimos en menor medida.
Mientras tanto, las demandas contra los bancos se multiplican. La última relevante es de la de la Audiencia Provincial de Tenerife, que ha condenado al BBVA a devolver lo cobrado desde el inicio del contrato, con los intereses legales desde la interposición de la demanda, presentada por Denuncias Colectivas. EL PAIS