Unos cambios que se producen de forma natural en las conexiones del cerebro podrían ayudar a prevenir el trastorno bipolar en las personas que tienen un riesgo genético alto de la enfermedad mental, sugiere un estudio reciente.
El descubrimiento sobre esos cambios en las conexiones cerebrales podría ayudar en los esfuerzos por desarrollar mejores tratamientos para el trastorno, según investigadores del Hospital Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Las personas con trastorno bipolar experimentan oscilaciones severas en el estado de ánimo, los niveles de energía y actividad, y la capacidad de realizar las tareas cotidianas. La genética es un factor de riesgo importante, y las personas que tienen un padre o hermano con un trastorno bipolar son mucho más propensas a contraerlo que las que no tienen antecedentes familiares de la enfermedad mental.
Los investigadores usaron IRM funcional para monitorizar los cerebros de pacientes de trastorno bipolar, sus hermanos que no tenían la enfermedad (los hermanos resilientes) y unos voluntarios sanos que no estaban emparentados. Los pacientes de trastorno bipolar y sus hermanos resilientes tenían unas anomalías similares en las conexiones cerebrales que gestionan el procesamiento emocional, pero los hermanos resilientes presentaban cambios adicionales en dichas conexiones.
"La capacidad de los hermanos de reconectar sus redes cerebrales significa que tienen una neuroplasticidad adaptativa que podría ayudarles a evitar la enfermedad a pesar de que siguen portando la cicatriz genética del trastorno bipolar cuando procesan la información emocional", señaló en un comunicado de prensa del Mount Sinai la autora principal del estudio, la Dra. Sophia Frangou, profesora de psiquiatría.
El estudio aparece en la edición en línea del 5 de enero de la revista Translational Psychiatry.
"Los antecedentes familiares siguen siendo el mayor factor de riesgo de contraer un trastorno bipolar, y aunque con frecuencia nos enfocamos en el riesgo, podríamos olvidarnos de que la mayoría de personas que caen en esta categoría permanecerán bien", planteó Frangou.
"Buscar los mecanismos biológicos que puedan proteger de la enfermedad abre una dirección completamente nueva para el desarrollo de nuevos tratamientos. Nuestra investigación debe dar a las personas esperanzas de que aunque la enfermedad mental sea cosa de familia, es posible ganar en esta lotería genética", concluyó.
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