Un fuerte terremoto de 6,4 grados en la escala de Richter, sacudió el viernes pasado la ciudad sureña de Tainan, al sur de Taiwán, dejando al menos 13 muertos, 480 heridos (una veintena de gravedad) y un número indeterminado de personas atrapadas bajo los escombros.
La tragedia se produce casi en la víspera de su mayor festividad anual, la del Año Nuevo Lunar.
La mayoría de las víctimas mortales, once, incluida una niña de solo diez días, se encontraban en el edificio Weiguan Jinlong de Tainan, del que se han rescatado ya 258 personas, según datos del Servicio Nacional de Emergencias, pero donde varios vecinos aseguran que aún están sus familiares.
Los datos más pesimistas del gobierno local indican que todavía podría haber hasta un centenar de personas atrapadas en ese inmueble de 17 plantas, el más afectado entre los 14 derrumbados o dañados por el seísmo de 6,4 grados en la escala de Richter.
Mientras, continúan las tareas de los equipos rescate, dificultadas por la falta de luz natural al caer la noche, el frío y el peligro de explosiones.
El panorama en Tainan tras el terremoto es devastador, con cinco edificios completamente derrumbados y otros muchos dañados, y la interrupción del servicio eléctrico en 168.000 hogares y de agua en 40.000 durante el día, mientras muchas familias se preparaban para recibir el lunes 8 de febrero al nuevo año lunar.
Muchos de los residentes en el centro y sur de Taiwán dijeron que los temblores les recordaron el terremoto de 7,3 grados de magnitud en la escala de Richter que el 21 de septiembre de 1999 causó más de 2.400 muertos en la isla. efe