Un grupo de investigadores de la Universidad de Melbourne (Australia)
descubrió que las hormonas del estrés incrementan la propagación del
cáncer al afectar al sistema linfático, una red de vasos sanguíneos que
transporta un líquido llamado linfa a través del cuerpo.
Según un
experimento en ratones publicado hoy en la revista británica Nature, hay
pruebas que confirman que el estrés está asociado a un aumento de
mortalidad en los pacientes de cáncer y a niveles avanzados de esta
enfermedad en animales.
En trabajos anteriores se había constatado
que las hormonas del estrés pueden afectar a la formación de los vasos
sanguíneos, importantes en la extensión de enfermedades.
El sistema linfático también puede fomentar la difusión del cáncer, pero hasta ahora no estaba claro si esto se debía al estrés.
La
investigadora Erica Sloan y sus compañeros de la Universidad de
Melbourne revelaron que las hormonas del estrés afectan al sistema
linfático, y que esto puede dar lugar a la extensión de células
cancerígenas en ratones.
Estudiaron a cinco roedores a través de
una serie de experimentos, a partir de los cuales demostraron que el
estrés incrementa tanto el número como el diámetro de los vasos
linfáticos asociados a los tumores.
Mediante un microscopio
especial, los autores comprobaron que las hormonas del estrés
incrementan el flujo de nanopartículas fluorescentes (que localizan
células tumorales) a través del sistema linfático.
Al bloquear la
actividad de proteínas que detectan el estrés o aquellas que facilitan
la formación de vasos linfáticos, los científicos pudieron reducir la
difusión de células cancerígenas en los ratones.
Este nuevo
descubrimiento, según los científicos, puede ser útil para ayudar a
frenar la extensión de las células que pueden desarrollar una enfermedad
oncológica
EFE